El Fedón de Platón registra las últimas palabras de Sócrates, tan inquietantes como conmovedoras: “Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides”. En oposición a la canónica interpretación nietzscheana según la cual el filósofo ateniente había sufrido la vida como una enfermedad y por ello requería atestiguar su gratitud al dios amo de la curación, Michel Foucault entiende el último decir socrático como una exhortación a no olvidarse, ni descuidarse, sino a ocuparse de la propia vida, descubriendo quiénes somos y cómo podemos ser mejores. La advertencia sobre los riesgos del olvido del yo, el autoolvido, constituye el péndulo de la muerte de Sócrates, desde el principio de la Apología y el Critón hasta el final del Fedón, sintetizando así su actitud ante la vida y la filosofía. Su enseñanza, pues, es esta: “ocupaos de vosotros mismos”; no hay que perderse de vista, retornando siempre ante el peligro del descuido y agradeciendo al dios de la curación, quien alienta al cuidado de sí, consigo y con los otros.
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Ruiz Gutiérrez, A. M. (2017). Educar para el cuidado de sí: una reflexión desde el pensamiento socrático. Universitas Philosophica, 34(69), 143. https://doi.org/10.11144/javeriana.uph34-69.ecps
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