La confianza en las instituciones de la UE se ha visto obviamente mermada tras la decisión de Gran Bretaña de poner en marcha el Brexit. Para paliar parcialmente esta irritación, sugerimos la implantación de una lengua franca en la UE, una idea muy popular entre los ciudadanos según muestran las encuestas. Sugerimos también que la UE debería ayudar a los países miembros contribuyendo a cubrir el coste de dicha iniciativa. Cada país tendría el derecho de reclamar una compensación basada en el número de sus jóvenes que no hablan (aún) la lengua común elegida. El presupuesto destinado por la UE debería repartirse de forma justa, en proporción a dichas reclamaciones. Suponemos que la elección debería restringirse a tres idiomas: inglés (sí, incluso si el Brexit finalmente ocurre), alemán y francés, y analizamos los pros y contras de cada opción. Finalmente, exploramos los resultados que obtendríamos con los procedimientos de votación existentes en las instituciones de la UE. El resultado de dicha votación dista de ser obvio y quizás el voto debería ceñirse a los países cuyos idiomas nativos no sean el inglés, alemán o francés.
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Ginsburgh, V., & Moreno-Ternero, J. D. (2019). A Lingua Franca in the post-Brexit EU. Cuadernos Económicos de ICE, (98). https://doi.org/10.32796/cice.2019.98.6944
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