La arqueología wari y la dispersión del quechua

  • Isbell W
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La asociación de Wari con el quechua o el protoquechua no se puede demostrar con una tradición ininterrumpida de cultura material desde los estilos de cerámica del Horizonte Medio a las comunidades quechuahablantes etnohistóricamente conocidas, pero su dispersión desde su área de origen en el norte de Ayacucho hasta las colonias arqueológicamente más obvias que se extienden lo largo de los Andes desde el Cuzco al sur de Ayacucho, así como hacia Ica y Arequipa, corresponde, de manera notable, con la distribución etnohistórica del quechua IIC. Esta constituye la confirmación más convincente de que los wari hablaron protoquechua. La variación entre los dialectos quechua IIC del sur sugiere a los lingüistas que la dispersión fue posterior al Horizonte Medio. Sin embargo, si se plantea el escenario de una entidad política unificada como Wari, que promovió una comunidad con una lengua uniforme a lo largo de sus dominios en el sur, es probable que la diferenciación no haya empezado si no hasta que Huari, y su imperio, colapsaron hacia fines del Horizonte Medio.Los orígenes de Wari se pueden encontrar en una serie de interacciones de largo plazo entre las culturas Huarpa, de la sierra, y Nasca, de la costa, posiblemente con el establecimiento de una confederación política expansiva hacia fines del Período Intermedio Temprano. Si los grupos nasca hablaban protoaimara y la gente huarpa se comunicaba mediante el protoquechua, dicha alianza podría explicar la antigua relación entre estos dos grupos protolingüísticos descritos por los lingüistas históricos. La evidencia arqueológica para Wari en el norte, especialmente en el Mantaro, el Callejón de Huaylas y Huamachuco, sugiere una fase temprana de colonización acompañada de un control directo, a lo que siguió un ascenso de las elites aliadas con la nobleza wari, un control indirecto y procesos de etnogénesis que, probablemente, promovieron una diferenciación lingüística, si bien conservaron la filiación wari. Como consecuencia de ello, si bien el quechua puede haber llegado a la sierra norte aproximadamente al mismo tiempo que al sur, la separación de las variantes del quechua I en estas regiones del norte empezó, quizá, de manera temprana en el Horizonte Medio y experimentó imposiciones sociales que estimularon una rápida distinción. La situación de los quechuas de la costa central y de Cajamarca, en el extremo norte, es confusa, por lo que las nuevas interpretaciones por parte de la arqueología requerirán de nuevas inferencias acerca del pasado. En el entretanto, es posible proponer, al menos, que el protoquechua fue difundido por Wari durante el Horizonte Medio y que a Wari se le debe atribuir la dispersión del quechua en su integridad y no solo del quechua II.

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Isbell, W. H. (2010). La arqueología wari y la dispersión del quechua. Boletín de Arqueología PUCP, (14), 199–220. https://doi.org/10.18800/boletindearqueologiapucp.201001.010

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