La palabra decisiones viene del Latin decisío, -onis, significa determinación, resolución que se toma o se da en una cosa dudosa. Tomar decisiones es una actividad cotidiana; todos los días decidimos sobre diversos asuntos y temas: el vestido, la comida, los objetos y, por supuesto, sobre nuestras ideas y proyectos. En todos estos casos, el objetivo es valorar las condiciones, para tomar la decisión más acertada. Y resaltamos la expresión en todos los casos, puesto que las decisiones adecuadas en un contexto específico podrían no serlo en otro. Con esto queremos indicar que las decisiones son contextuales, dependen de las situaciones, las circunstancias, las metas, los propósitos y los resultados esperados. Por ello, como dice Marina (2005), es importante, y necesario, hacer notar que " La valentía, la decisión, el ánimo forman parte de la inteligencia humana " (p. 43), son la base de la toma de decisiones. De acuerdo con diversas investigaciones y enfoques teóricos, la toma de decisiones puede definirse como: " Un proceso amplio que puede incluir tanto la evaluación de las alternativas, el juicio, como la elección de una de ellas (…) " (Artieta y González, 1998:368). En otras palabras, la toma de decisiones hace referencia a la capacidad cognitiva para elegir; lo que involucra: análisis, categorización, juicios probabilísticos, construcción de alternativas y decisión. Así, la toma de decisiones es un proceso intencional que combina el análisis de la información, la confrontación de alternativas, la valoración de las opciones y, finalmente, la toma de la decisión. Se trata de formarse en el uso de métodos
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Galdos, G. (2015). Toma de decisiones. Toma de decisiones. Editorial UPC. https://doi.org/10.19083/978-612-318-030-0
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