Guyana and Suriname both re-assumed the path to democracy in the early 1990s. Guyana had from 1968 to 1992 experienced an authoritarian regime with the People's National Congress (PNC), led by Forbes Burnham, maintaining power by rigged elections and the support of the security forces. In Suriname, on the other hand, the elected government of the other hand, the elected government of Prime Minister Henck Arron was overthrown by a military coup in 1980. This article traces the establishment of authoritarianism in these two countries and examines the factors which propelled each country towards the restoration of democracy. The central argument is that authoritarianism in Guyana resulted from the success of Forbes Burnham in subordinating the military to party rule while the military take-over in Suriname resulted from the mismanagement of civil-military relations by the government of Henck Arron. However, maintaining an authoritarian regime proved costly in both cases. The need for external aid rendered the regimes susceptible to foreign pressure for a return to free and fair elections. All of this occurred in a new hemispheric context shaped by the end of the Cold War, the stated goal of the United States to have the area become a zone of democracy, and impending foreign military intervention to restore the ousted Aristide government to power in Haiti. Tanto Guyana como Suriname retomaron el camino hacia la democracia a comienzos de la década de los noventa. Desde 1968 hasta 1992, Guyana tuvo un régimen autoritario con el Congreso Nacional del Pueblo (People's National Congress o PNC), liderado por Forbes Burnham, que se mantuvo en el poder gracias a la manipulación de las elecciones y al apoyo de las fuerzas de seguridad. En Suriname, por otro lado, el gobierno electo del primer ministro Henck Arron fue derrocado por un golpe de estado militar en el año 1980. Este artículo describe el establecimiento del autoritarismo en estos dos países y examina los factores que empujaron a cada uno de ellos hacia la restauración de la democracia. El argumento central es que el autoritarismo en Guyana fue consecuencia de éxito de Forbes Burnham a la hora de subordinar el ejército al partido, mientras que en Suriname el golpe de estado militar fue el resultado de la negligencia en el manejo de las relaciones civiles-militares por parte del gobierno de Henck Arron. Sin embargo, el mantenimiento de un régimen autoritario demostró ser costoso en ambos casos. La necesidad de ayuda externa hizo que ambos regímenes fueran vulnerables a la presión extranjera a favor de un retorno a las elecciones libres y justas. Todo esto ocurrió en un contexto hemisférico delineado por el fin de la Guerra Fría, el claro objetivo de los Estados Unidos de hacer que el área se convirtiera en una zona de democracia, y una inminente intervención militar para restaurar en el gobierno de Haití al derrocado Aristide.
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Singh, C. (2008). Re-democratization in Guyana and Suriname: Critical Comparisons. European Review of Latin American and Caribbean Studies | Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y Del Caribe, 0(84), 71. https://doi.org/10.18352/erlacs.9627
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