De todos los animales, el humano es el único que puede ser educado. Debe serlo, porque todo hombre llega al mundo totalmente despojado, y por eso ha de ser educado. Como lo dice el pedagogo francés P. Meirieu (1996) al momento de pensar en la educación debemos tener en cuenta que en los humanos la “riqueza de su patrimonio genético se empareja con una extrema disponibilidad que es, al mismo tiempo una dependencia extrema, por eso la necesidad de una gestión educativa que acompañe la entrada del niño en el mundo” (p. 22). Pero, ¿qué es lo que frustra la entrada de los “niños salvajes” en el mundo? Según la noción de “Período crítico”, que pertenece al Lingüista y neurólogo Eric H. Lenneberg (1967), si en la etapa que va desde los 2 años de edad hasta los 12 no se dan determinadas condiciones internas y externas relacionadas con el desarrollo lingüístico entonces disminuyen las posibilidades de conseguir dominar un lenguaje articulado de manera que ya no puede ser ayudado. Los intentos de reeducación a niños salvajes no ayudan a zanjar el debate entre innatistas y empiristas con respecto a si se debería hablar de adquisición o desarrollo del lenguaje sino que, paradójicamente, corroborarían la hipótesis de Lenneberg.
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Ferrer Ferrero, A. M. (2014). La noción del Período Crítico y los intentos de educación de “Niños Salvajes.” Universitas Tarraconensis. Revista de Ciències de l’Educació, 1(1), 69. https://doi.org/10.17345/ute.2014.1.436
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