Los lingüi stas siempre se han interesado por lo más específico de una lengua, en particular los dialectólogos. y por eso disponemos ahora de algu-nos excelentes Atlas para varias regiones de España y algunas de Hispa-noamérica. Sin embargo, las síntesis son escasas, y vamos a ver por qué. • • • Hay un hecho general, objetivo: el concepto de variación es un universal del funcionamiento de las lenguas. Son muy conocidas las grandes distinciones de la diacronía (el tiempo), la diatopía (el espacio), los niveles diastrático (los estratos sociales) y diafá-sico (el registro), tal como las utiliza Eugenio Caseriu. Otros añaden la dimensión diamésica, o sea lo relativo a la elección de medios expresivos, como el canal de la lengua escrita o de la lengua hablada, u otros medios semiológicos. A cada uno de estos parámetros universales corresponde una terminología en-Jecto que, respectivamente, da el cronoleclo, el regiolecto, el sociolecto, el tecnolecto y el tnesolectu. En realidad, cada uno de nosotros, cuando habla o escribe, está realizan-do una variedad idiolectaJ, es decir, una combinación momentánea de variables de los cinco lectos antes mencionados. En esta serie de términos en-leclo hay uno cuyo uso es muy delicado, el de dialeeto. En su acepción científica, el dialecto es una lengua o una va-riedad de una. lengua. circunscrita a un ámbito geográfico determinado, sin que aparezca connotación alguna. Al referirse a varios rasgos característicos de una población de los Andes Revista de Filología Española, vol. LXXII, n.º 3/4 (1992) (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
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Pottier, B. (1992). La variación lingüística y el español de América. Revista de Filología Española, 72(3/4), 283–296. https://doi.org/10.3989/rfe.1992.v72.i3/4.561
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