Orlando Fals Borda es sin lugar a dudas el investigador en ciencias sociales más importante de la historia reciente de Colombia y uno de los más prominentes pensadores latinoamericanos. La obra de Orlando Fals Borda comienza a generarse en las preguntas y los temas de indagación social. Advierten los tres elementos de la ciencia como actitud mental: el “mimetismo intelectual”, la necesidad de historizar los procesos sociales y el compromiso social concomitante con ellos. En el desarrollo del pensamiento-acción se va generando un proceso progresivo, consciente y decidido de ruptura epistemológica con los modelos europeos y norteamericanos de ciencia social, importados acríticamente e implantados irreflexivamente en las academias latinoamericanas. Esta discusión y ruptura lo llevan a plantear-se la necesidad de construir un nuevo paradigma endogenético. La educación superior debe propender a promover simultáneamente la búsqueda de nuevas metas (utopías) y la destrucción de viejos paradigmas. La implementación de un modelo dialéctico de la extensión, se advierte una necesidad inaplazable de “derribar los muros que aún separan, más de la cuenta, a la universidad de la comunidad”. La urgencia de romper el monopolio del conocimiento ya que es necesario incorporar a la dinámica propia de la vida universitaria el reconocimiento del Otro, representado en los estudiantes y en las comunidades y grupos de referencia. La conciencia ética es tener presente la existencia de los demás, no solo como simples estadísticas o depositarios de un saber. Conocer la realidad y conocerla bien es el prerrequisito para la transformación de un modelo de sociedad o la profundización de un anhelo histórico sobre la base de avances que hayan ocurrido en nuestros pueblos. Una universidad que no investiga es una tecnología de la dominación. En este proceso, la investigación ha de estar en el centro de la tarea universitaria. La alternativa es la puesta en práctica en el ámbito universitario del ritmo de reflexión-acción por el que apuesta la Investigación-Acción Participativa. Este proceso quizás pueda ayudarnos en varias direcciones: la primera, es que puede servir como vacuna para la arrogancia intelectual, con su actitud de diferenciación del trabajo intelectual y el trabajo manual; la segunda, que tal vez ayude a “encontrar” temas de investigación en los y las jóvenes para resolver la angustia de hacer una investigación para recibir sus títulos (aún en el pregrado); y, la tercera, que este encuentro permanente con la realidad promueva que los temas de indagación estén más próximos a la realidad social y no sólo salgan de la imaginación personal e individual del estudiante, entonces podremos construir una ciencia ligada a la realidad “real” y alejada de la realidad “científica”. Es cierto que los tiempos han cambiado, encaramos un nuevo período de colonialismo (neocolonialismo) con un universo científico inconmovible. Los núcleos opositores y contrahegemónicos siguen luchando, aunque dispersos. Las angustias de los pueblos siguen a la orden del día y las lacerantes realidades están demandando una actitud creativa. Las aportaciones de Fals Borda al medio universitario pueden ayudar en la tarea emprendida por grupos dinámicos al interior de las instituciones siguen creyendo que la academia debe transformarse para beneficio de las mayorías y en el camino del mejoramiento de las condiciones de vida de la humanidad.
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Herrera Farfán, N. A. (2014). Orlando Fals Borda, pedagogo de la praxis. Revista Anales, 1(372), 209–236. https://doi.org/10.29166/anales.v1i372.1290
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