Declaración de Edimburgo, ¡25 años!

  • Gual A
  • Millán Núñez-Cortés J
  • Palés-Argullós J
  • et al.
N/ACitations
Citations of this article
9Readers
Mendeley users who have this article in their library.

Abstract

eDiTORial En agosto de 1988, la Federación Mundial de Edu-cación Médica (WFME) organizó en Edimburgo una Conferencia Mundial sobre Educación Médica bajo la atenta tutela del entonces presidente de la WFME, el profesor Henry Walton. Dicha reunión, en la que participaron numerosos expertos del área de conocimiento de la educación médica, terminó aprobando un documento que, 25 años después, si-gue siendo un referente en la educación médica, la 'Declaración de Edimburgo' [1,2]. Esa conferencia mundial culminó un proceso de reuniones regionales en las que se movilizó un sin-número de expertos con el fin de redefinir los retos que debía plantearse la educación médica para si-tuarse a la altura de los tiempos. Entre otras mejoras que las facultades de medi-cina podían y debían llevar a cabo, el documento identificaba las siguientes:-Incorporar recursos comunitarios en los progra-mas de formación más allá de los hospitalarios.-Asegurar que los contenidos curriculares refle-jen las prioridades nacionales de salud.-Promover la continuidad del aprendizaje a lo lar-go de la vida introduciendo metodología de apren-dizaje activo y sistemas tutoriales que fomenten el aprendizaje autodirigido.-Alinear el currículo y los sistemas de evaluación para lograr la competencia profesional.-Formar docentes como educadores y no sola-mente como expertos en contenidos y reconocer tanto la docencia como la investigación y el ser-vicio o gestión.-Incorporar la formación en prevención de la en-fermedad y promoción de la salud.-Integrar la clínica a la formación básica incorpo-rando el aprendizaje en base a problemas y los entornos comunitarios. In August 1988 the World Federation for Medical Education (WFME) held a World Conference on Medical Education in Edinburgh under the watchful eye of the then-president of the WFME, Professor Henry Walton. One outcome of that meeting, attended by a good number of experts from the area of medical education, was the approval of a document that, 25 years later, continues to be a reference in medical education: the 'Edinburgh Declara-tion' [1,2]. That world conference was the culmination of a series of regional meetings in which countless experts were mobilised with the aim of redefining the challenges that should be set in medical education in order to keep up with the times. The following, among others, were identified as improvements that faculties of medicine could and should carry out:-Incorporating community resources into training programmes beyond just those of hospitals.-Ensuring that the curricular content reflects national healthcare priorities.-Promoting the continuity of lifelong learning by introducing the active learning methodology and tutorial systems that foster self-directed learning.-Bringing the curriculum and the assessment systems into line in order to achieve professional competence.-Training teachers as educators and not just as experts in contents, and acknowledge both teaching and research, as well as service or management .-Incorporating training in disease prevention and health promotion.-Integrating clinical practice into basic training by incorporating learning based on problems and community settings.

Cite

CITATION STYLE

APA

Gual, A., Millán Núñez-Cortés, J., Palés-Argullós, J., & Oriol-Bosch, A. (2013). Declaración de Edimburgo, ¡25 años! FEM: Revista de La Fundación Educación Médica, 16(4), 187–189. https://doi.org/10.4321/s2014-98322013000600001

Register to see more suggestions

Mendeley helps you to discover research relevant for your work.

Already have an account?

Save time finding and organizing research with Mendeley

Sign up for free