La agencia en Madrid del VIII duque de Medina Sidonia, 1615-1636

Abstract

Hispania, 2006, vol. LXVI, nº. 224, septiembre-diciembre, 909-958, ISSN: 0018-2141 910 «[…] que el sol alumbra de lejos, y para obrar en la tierra no se arranca de su orbe» 1 . Cuando Pedro Espinosa empleó para referirse a su señor, el VIII duque de Medina Sidonia, don Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, la metáfora del Sol estaba recreando el significado que el astro rey tenía en el lenguaje político y simbólico de la época como alusión a uno de los atributos de la majestad: la gra-cia. El brillo de la merced del rey venía siendo presentado por la literatura políti-ca como una luz capaz de iluminar con su benefactora influencia todos los confi-nes de la Monarquía. Sin embargo, este sol del duque de Medina Sidonia al cual se refería Espinosa salvaba una distancia inversa, desde el palacio ducal de Sanlú-car, para hacerse notar precisamente en la Corte del rey Católico. Las agencias de representación nobiliaria, que hasta ahora no han sido estu-diadas, deben ser entendidas como puente o nexo entre dos espacios físicos y polí-ticos diferentes —aunque dependiente el uno del otro—, entre dos cortes cuyo grado de afinidad estaba sometido a mudanzas 2 . El poder regio canalizaba este contacto a través de una multiplicidad de tribunales y órganos de gobierno, tanto en el nivel local —corregimientos, audiencias y chancillerías—, como en el espa-cio más inmediato al rey —su Corte, compuesta de Consejos, Juntas, secretarios y validos. Cuando el volumen de negocios sostenidos en los niveles cortesanos era muy elevado, aquellos grandes señores que por una u otra causa no residían cerca del monarca hubieron de recurrir a la contratación de uno o varios individuos que llevasen su representación. Las agencias responden así a una necesidad de negociación y comunicación de las grandes Casas señoriales, en cuanto que es-tructuras de dominio social, con el poder superior de la Corona. Por su parte, la Casa de Medina Sidonia viene siendo incluida en la bibliogra-fía al uso como conspicuo ejemplo de un modelo andaluz de nobleza, modelo aún pendiente de una definición precisa en cuanto a las especificidades de su poder en comparación con otros casos, pero que, al menos, tiene la utilidad de señalar algunas características generales válidas de aquellas grandes Casas, como son su ausencia más o menos permanente de la Corte real y la fuerte concentración geográfica de sus señoríos. Ambas características justifican la necesidad de la