L a ciudad de Valencia es especialmente signi-ficativa en cuanto a la asistencia a los enfer-mos por el buen número de hospitales con que cuenta desde la Baja Edad Media. Pero si tuviéramos que especificar sobre qué tipo de enfer-mos destacó la asistencia sanitaria en Valencia desde la antigüedad, sin duda hay que decir que es pionera en la asistencia a los enfermos dementes, puesto que desde principios del S. XV, contó con un hospital monográfico, el Hospital de Inocentes, exclusivamente dedicado a los enfermos mentales. Este desarrollo de la asistencia sanitaria en la Valencia del cuatrocientos, se entiende si tenemos en cuenta que estamos ante una ciudad con una economía mercantil muy sólida, y con fuertes lazos comerciales con los más importantes puertos del Mediterráneo. Una ciudad en la que destaca una clase social de gran vitalidad, la burguesía comer-cial, que dará lugar al patriciado urbano, económi-camente potente, creador e innovador. Antes de estudiar el Hospital de Inocentes de Valencia, será interesante repasar el concepto de locura que se ha mantenido en distintas épocas de la historia (1). EL CONCEPTO DE LOCURA A TRAVÉS DE LA HISTORIA En la antigua Palestina el enfermo mental goza-ba de una cierta consideración social, en ocasiones era valorado como un profeta. La Grecia del siglo V considera al demente como un ser impuro, objeto de una maldición divi-na. A lo largo de la época medieval y el Renacimiento se mantiene esta misma idea, y el enfermo mental se considera poseído por el poder maligno y portador de mal agüero. No es de extra-ñar la actitud desorientada u hostil de la sociedad ante el enfermo mental, especialmente virulenta cuando se trataba de enfermos provenientes de otra comunidad. En Alemania, los enfermos de otros lugares eran expulsados y devueltos a su ciudad natal. Las ciudades despedían a los locos foráneos, que llevaban una existencia errante, recorriendo los campos y caminando de ciudad en ciudad. Igualmente la locura se confunde durante tiem-po con otros conceptos como el de brujería. De este modo los enfermos mentales se consideran peligrosos en sí mismos y merecedores de ser apar-tados de la sociedad. HOSPITALES, O CASAS DE LOCOS En el S. IV después de Cristo, aparece en Bizancio la primera casa de locos, llamada moro-trophium, que funcionó para acoger a los enfer-mos afectos de locura. Otra casa semejante existió en Jerusalén en el año 491 después de Cristo. Aunque pocos datos más se tienen respecto a estos primeros centros. Durante los siglos IV y V, la regla de San Jerónimo ordenaba a los monjes la recogida de los enfermos mentales y su aislamiento; los enfermos recibían un tratamiento mínimo, e incluso se habla de que algunos enfermos sanaban. Otras casas de locos aparecen descritas en diversos puntos de Europa, aunque no se sabe con seguridad si se trataba exclusivamente de Centros para este tipo de enfermos, o si eran Hospitales que dedicaban unas habitaciones para estos enfermos.
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Nogales Espert, A. (2001). La enfermería y el cuidado de los enfermos mentales en el s. XV. Cultura de Los Cuidados Revista de Enfermería y Humanidades, (09), 15–21. https://doi.org/10.14198/cuid.2001.9.04
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