El uso de los plaguicidas ha producido grandes beneficios agrícolas y, a la vez, graves problemas de salud pública que requieren solución. Para destacar la importancia económica de la industria de los plaguicidas en el mundo, basta señalar que las ventas mundiales de las 20 principales compañías productoras sobrepasaron los tres millones de toneladas y que su facturación ascendió a US$ 21 000 millones a inicios de la presente década. Numerosos trabajos han demostrado la producción de intoxicaciones agudas por plaguicidas en seres humanos en diversos lugares del mundo. Calculan algunos estudios que el número anual de intoxicaciones agudas por plaguicidas oscila entre 500 000 y 1 528 000 y que cada año se producen de 3 000 a 28 000 defunciones por esa causa. En las estadísticas se indica que las intoxicaciones constituyen el 2.5 al 3 % de los casos atendidos en emergencia. Y del total de pacientes intoxicados el 28 % corresponde a organofosforados y de estos el 15% fallecen por no tener acceso inmediato a un área de salud y recibir atención oportuna. La metodología de la investigación, es una revisión bibliográfica, la cual se ha apoyado en medios electrónicos como Google Académico, PubMed, entre otros, en donde se ha encontrado información de diferentes trabajos de investigación, que aborda la temática aquí planteada. Ente algunas de las conclusiones destacan que una intoxicación por plaguicida puede ser mortal, independientemente de por cuál vía la persona haya tenido contacto con el mismo. Entre algunos de los síntomas que se pueden presentar, son dificultad respiratoria, disnea, irritación en ojos y piel, bradicardia, entre otros. Es por ello que la valoración inicial que se haga en el centro de salud por el personal médico más la información que pueda proporcionar los familiares, compañeros de trabajo, del intoxicado acerca del tipo de plaguicida puede ser determinante para el abordaje rápido en cuanto a la administración del tratamiento más adecuado. El tratamiento va a depender del grado de la intoxicación, sin embargo, entre los tipos de tratamiento está el uso de Atropina y Oximinas, colocación de sondas nasogástricas y lavado gástricos, administración de carbón activado, entre otros.
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Díaz Pérez, A. A., Luzuriaga Amador, J. M., Monroy Pesantez, M. F., & Vera Hinojosa, J. A. (2021). Manejo de emergencia en intoxicación por plaguicidas. RECIMUNDO, 5(2), 179–186. https://doi.org/10.26820/recimundo/5.(2).abril.2021.179-186
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