Un mundo virtual puede simular fielmente un mundo real, pero según escalas inmensas o minúsculas. Puede permitir al explorador construir una imagen virtual, muy diferente de su apariencia física cotidiana. Puede simular entornos físicos o imaginarios o hipotéticos regidos por otras leyes que las que gobiernan el mundo ordinario. Puede finalmente simular espacios de tipo simbólico o cartográfico que autorizan una comunicación por universo de signos compartidos
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Lévy, P., & Medina, M. (2007). Cibercultura :informe al Consejo de Europa. Ciencia, Tecnología y Sociedad, 16, 230.
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