Los ataques de los Pueblos del Mar se produjeron en dos momentos diferentes, separados por 32 años, ca. 1208 y ca. 1176 a.C., y fueron efectos colaterales de las crisis de dos grandes estados, primero Ahhiyawa y posteriormente Hatti. Esta fase de inestabilidad se generalizó en el Mediterráneo Oriental a partir de la muerte de Ramses II ca. 1213 a.C. y Tudhaliya IV, ca. 1215/1209 a.C., en la cual las tensiones internas dentro de Hatti y Egipto, por los problemas sucesorios, tuvieron una importancia mucho mayor que los ataques externos, sobrevalorados por los relieves de Medinet Habu y la destrucción de Ugarit. La creciente debilidad de Ahhiyawa-Tebas favoreció el control de Millawanda-Mileto por Hatti. Por otra parte, los sucesivos ataques a Tebas desde la Argólide, primero por los Siete contra Tebas ca. 1220 a.C. y después por sus hijos, los Epígonos, ca. 1210 a.C., forzaron un cambio dinástico y la emigración de un importante contingente de población te- bana, siendo los Ikywš Akaywash de Millawanda y Tebas el principal contingente foráneo que participó, apoyando a los libios, en el ataque el año quinto de Merneptah, ca. 1208 a.C. También participaron Šrdn Sherden de Sardis y monte Sardénos en Mira, actual Lidia, Rk Lukka de Licia, junto con Trš Turša y Škrš Shekelesh de Kizzuwanda o Cilicia Oriental. Una campaña de Tudhaliya IV en Lukka-Licia, anexionándose este territorio, había provocado un inicial desplazamiento de Prst Peleset, primero a Creta, junto a Tkr Tjekker de Tarhuntassa. Desde allí siguieron hacia Palestina, quizás ca. 1194 a.C., apoyando al gran canciller Bay y el acceso al trono del nuevo faraón Siptah y la reina madre Twosret. Las campañas de Šuppiluliuma II en Lukka, Tarhuntassa y quizás Kizzuwanda, provocaron el desplazamiento de Prst Peleset de Lukka, Tkr Tjekker de Tarhuntassa o Cilicia Occi- dental, más Dnn Dainiuna y Škrš Shekelesh de Kizzuwanda, que debieron desplazarse principalmente por tierra con sus familias atravesando Mukiš, Ugarit y Amurru, donde insta- laron su campamento, para posteriormente penetrar en terri- torio del imperio egipcio, en el año octavo de Ramsés III, ca. 1176 a.C. Tuvieron apoyo naval de los Wšš Weshesh “del mar”, procedentes de Issus en Kizzuwanda, pero fueron de- rrotados en el Delta por barcos de Biblos, transportando sol- dados egipcios. Acabaron instalados finalmente en la costa palestina, aprovechando el asentamiento previo de los Prst Peleset en Ashkelon. Poco antes, quizás ca. 1177 a.C., el año siete de Ramses III, se produjo la destrucción de Ugarit, pues se menciona en Medinet Habu que ya Hatti y Kargamish han sido destruidos. Otra fuente importante de información para este periodo es la Guerra de Troya, cuya destrucción esta fechada por Ma- netho durante el reinado del faraón Twosret, viuda de Seti II, ca. 1188-1186 a.C. La Iliada, la Odisea y los Nostoi o regre- sos de la Guerra de Troya, son las narraciones heroicas reco- gidas desde el punto de vista de los beocios de Ahhiyawa-Te- bas, desde cuyo puerto de Áulide partió la flota para atacar Troya. Si aqueos de Ahhiyawa, procedentes de Mileto y Te- bas, fue el contingente más importante que participó en el ataque contra Merneptah, las narraciones que aparecen en la Odisea o en los Nostoi del Ciclo Troyano también reflejan a los propios Pueblos del Mar. Existe una coincidencia en las conquistas de Sidón por Prst Peleset de Askhelon, ca. 1187 a.C., y de Troya por los aqueos, ca. 1186 a.C., que revela una cierta coordinación en- tre los Prst Peleset de Lukka y los Tkr Tjekker de Tarhuntašša, ambos refugiados en Creta, donde gobernaba Idomeneo, en relación con la fuerza naval aquea que asediaba Troya, en la cual Idomeneo era uno de sus tres principales líderes. El asedio de Troya durante 10 años, ca. 1196-1186 a.C., aunque también hubo ataques a buena parte de la costa anato- lia, fue una campaña de Micenas y sus aliados contra uno de los reinos vasallos de Hatti en la costa anatolia, el cual tuvo el apoyo de los restantes reinos dependientes de Hatti, Río Seha en Asia, Mira en Lidia, Millawanda en Caria o Lukka en Li- cia. Refleja la antigua rivalidad entre Ahhiyawa y Arzawa por el control de Egeo. La clave económica de la guerra fue el control del último buen puerto antes del acceso al Mar de Mármara, porque la frecuente presencia de corrientes marítimas contrarias y vien- tos adversos exigían en ocasiones largos periodos de espera en un puerto seguro. Esta ruta abría el camino hacia el Mar Negro, que había comenzado a ser franqueado sólo una gene- ración antes de la Guerra de Troya, como refleja Las Argon- auticas de Apolonio de Rodas, y permitió acceder a la gran región minera de la costa norte de Anatolia y al oro del río Rioni en Colchis (Georgia).
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Mederos Martín, A. (2007). La crisis del siglo XII A.C. pueblos del mar y guerra de Troya CA. 1215-1175 A.C. Spal Revista de Prehistoria y Arqueología de La Universidad de Sevilla, 95–153. https://doi.org/10.12795/spal.2007.i16.06
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