La resistencia a los antimicrobianos fue el tema del Día Mundial de la Salud 2011 y, en torno al mismo, instituciones científicas, académicas, comunitarias y guber-namentales discutieron y analizaron las consecuencias para la salud y las medidas para su contención. De especial interés resultan las evidencias y los estudios ope-racionales para mejorar el uso adecuado de antimicrobianos: desde la prescripción efectiva hasta las conductas de los consumidores. Así, en este número especial de la Revista Panamericana de Salud Pública/Pan American Journal of Public Health se muestran los avances y retos en uno de los temas de mayor preocupación para la salud pública en la Región de las Américas. Los antimicrobianos son el componente clave para el tratamiento de las enfermedades infecciosas, que en las Américas todavía causan aproximadamente un millón de muertes al año; sin embargo, estos son los únicos fármacos que, si se emplean de manera inadecuada, pueden generar resistencia. Sin la atención pública y la acción urgente, la resistencia a los antimicrobianos amenaza con hacer que el mundo retroceda a la era pre-antimicrobiana, cuando no existía tratamiento eficaz para la neumonía, meningitis, malaria o tuberculosis. Con la ayuda de los antimicrobianos se han producido importantes avances en salud pública en la Región, como el descenso de la morbilidad por tuberculosis, malaria y sífilis congénita; la disminución de la mortalidad por el VIH/sida, y la reducción de la mortalidad infantil y materna debida a causas infecciosas. Todos estos avances en salud pública están seriamente amenazados por el incremento constante en el número de microorganismos resistentes, cuyas infecciones afectan de manera adversa a la mortalidad, los costos del tratamien-to, la diseminación de la enfermedad y la duración de la misma (1). La situación en los países en desarrollo es particularmente alarmante, dado que en ellos las infecciones respiratorias y gastrointestinales aún son importantes causas de mor-talidad. Sin embargo, las cepas multirresistentes de los microorganismos respon-sables de sida, tuberculosis, gonorrea, malaria, influenza, neumonía, diarrea y otras infecciones afectan a la población de todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo. Para el Día Mundial de la Salud 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una campaña mundial destinada a proteger estos medica-mentos para las futuras generaciones. La OMS hizo un llamado a los gobiernos, los profesionales de la salud, la industria, la sociedad civil y los pacientes para que actúen de manera urgente y coordinada a fin de atenuar la propagación de la resistencia, limitar sus repercusiones actuales y preservar los adelantos médicos para las generaciones futuras. Para enmarcar las estrategias y planes de acción sobre este tema, lanzó una política que comprende seis puntos (2): 1) Desarrollar planes nacionales, integrales y financiados, con responsabi-lidad y participación de la sociedad civil. 2) Fortalecer la vigilancia y la capacidad de laboratorio. 3) Asegurar el acceso continuo a los medicamentes esenciales, con garantía de calidad. 4) Regular y promover el uso racional de los medicamentos, incluyendo la producción animal. 5) Fortalecer la prevención y el control de las infecciones. 6) Propiciar la innovación, la investigación y el desarrollo de nuevas he-rramientas para el diagnóstico y tratamiento. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció, desde mediados de la década de los noventa, que la resistencia a los antimicro-Editorial La resistencia a los antimicrobianos: un factor de riesgo para las enfermedades infecciosas
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Roses Periago, M. (2011). La resistencia a los antimicrobianos: un factor de riesgo para las enfermedades infecciosas. Revista Panamericana de Salud Pública, 30(6), 507–508. https://doi.org/10.1590/s1020-49892011001200001
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