El movimiento social que sacudió a Colombia entre abril y mayo de 2021 es inédito por su amplitud, al igual que por la violencia de la represión que lo acompañó. Los comentaristas ven allí una rebelión de la “ juventud”. Sin embargo, el término recubre evidentemente realidades muy diferentes. El artículo pone el acento sobre todo en el doble contexto en el cual tiene lugar. Por un lado, la intensa polarización polí tica suscitada por el rechazo de los Acuerdos de La Habana: las tensiones que de allí provienen acentúan el debilitamiento institucional en marcha. Por otro lado, la no menos intensa polarización social, que viene de lejos, ciertamente, pero que explota con la pandemia… y con la desmovilización de las FARC. El autor sostiene que tanto la violencia como el conflicto armado reciente han sido garantías para el mantenimiento del statu quo social en provecho de las élites, así solo sea porque favorecen la desorganización de las clases populares. La incapacidad del Estado de hacer acto de presencia sobre una gran parte del territorio y el crecimiento de la economía de la droga se traducen a partir de cierto momento en la proliferación de los núcleos de violencia. En lugar de ofrecer la ocasión para un reforzamiento de la simbólica nacional, los Acuerdos engendran finalmente nuevas fragmentaciones.
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Pécaut, D. (2021). Entre polarización política y protesta social. Análisis Político, 34(102), 175–189. https://doi.org/10.15446/anpol.v34n102.99940
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