El síndrome antifosfolípido (SAF) se caracteriza por trombosis recurrentes y/o pérdidas fetales asociadas a la presencia de anticuerpos antifosfolípidos, anticoagulante lúpico, anticardiolipina y anti ß2-glicoproteína1. Los anticoagulantes orales (warfarina o sintrom) representan el tratamiento de elección para la prevención de recurrencia de trombosis venosa o arterial, por lo que estos pacientes deberían recibir este tratamiento a largo plazo, manteniendo INR = 2-3. Las heparinas de bajo peso molecular combinadas con dosis bajas de aspirina son una alternativa razonable en mujeres gestantes para evitar las pérdidas fetales y complicaciones obstétricas relacionadas con este síndrome.
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Páramo, J. A., García, R., Rodríguez, P., Panizo, E., & Lecumberri, R. (2017). Tratamiento del síndrome antifosfolípido. Revista de Medicina de La Universidad de Navarra, 38–41. https://doi.org/10.15581/021.7698
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