De momento, los numerosos estudios relacionados con el deterioro cognitivo en el trastorno bipolar no despejan la duda de si se trata de alteraciones en el neurodesarrollo, es decir, previas a la enfermedad, o si es la propia patología la que causa tales disfunciones. © ISTOCKPHOTO / ANDREW OSTROVSKY 36 MENTE Y CEREBRO 56 / 2012 Atención y memoria de trabajo La atención constituye la base de todos los procesos cognitivos: su alteración implica di-ficultades en las funciones psicomotoras y ejecutivas, el aprendizaje y la memoria. Existe un cierto consenso respecto al deterioro de la atención sostenida (capacidad para mantener la concentración) en pacientes bipolares. Pare-ce claro que se encuentra presente en el debut de la enfermedad, tal como detectaron en 2010 Iván Torres, de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, y sus colaboradores en una muestra de pacientes recién recuperados de un primer episodio maníaco. Hallazgo que confirma el estudio desarrollado por U. S. Kolur y sus colaboradores en 2006. Los autores selec-cionaron una muestra de pacientes bipolares con una edad media de 22,4 años, una duración de la enfermedad inferior a cinco años y con un máximo de dos episodios afectivos. (Dado que prácticamente no disponemos de información acerca del rendimiento cognitivo de los sujetos antes de manifestar la enfermedad, podríamos presuponer que las alteraciones atencionales resultan más evidentes con el paso del tiempo, aunque ya podrían estar presentes al inicio de la patología.) Pasemos a la atención selectiva. Se han ob-servado déficits en los períodos activos del tras-torno. Pese a que algunos trabajos señalan una mejoría tras la remisión de síntomas clínicos (lo que sugiere que la dificultad para focalizar la atención resulta un indicador del estado clíni-co), otros estudios indican que individuos depri-midos pueden presentar una atención selectiva deteriorada a pesar de su mejoría clínica, es de-cir, seis meses después de su alta hospitalaria. Investigaciones más recientes han detectado alteraciones de la atención en individuos con esquizofrenia o trastorno bipolar, así como en sus familiares de primer grado. Por otro lado, en los últimos años se ha descri-to un peor rendimiento en la respuesta inhibito-ria, es decir, en la capacidad de frenar respuestas inadecuadas, tanto en pacientes bipolares agu-dos como en sujetos en remisión; los estudios se basaron en la tarea de interferencia de Stroop [véase «El efecto Stroop: una colorida trampa», por R. Rosenzweig, en MENTE Y CEREBRO n. o 47, 2011]. La respuesta inhibitoria alterada, que pa-rece mantenerse a largo plazo, se ha propuesto como uno de los endofenotipos candidatos más claros en el trastorno bipolar. Cada vez más investigaciones señalan, así-mismo, que los pacientes bipolares presentan dificultades en tareas que requieren memoria de trabajo verbal, visual o espacial.
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Sala, J. (2020). Trastorno. Teatro XXI, (36), 125–128. https://doi.org/10.34096/teatroxxi.n36.8808
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