La brutal depresión económica en que se sumió la España de postguerra empujó a muchas mujeres a recurrir a la prostitución como único medio de subsistencia. Las autoridades franquistas habían anulado el decreto abolicionista republicano por lo que el comercio sexual era tolerado. Sin embargo, el auge incontrolado de la prostitución hizo reaccionar a las autoridades y se establecieron cárceles especiales para prostitutas. En el presente artículo, se analizan los trabajos de postguerra sobre la psicología de la prostitución de tres personajes situados en instituciones claves de la época: Antonio Vallejo Nágera (Universidad de Madrid, Consejo Nacional de Sanidad), Eduardo Martínez Martínez (Clínica Psiquiátrica Penitenciaria de Mujeres) y Francisco J. Echalecu y Canino (Patronato de Protección a la Mujer). Los textos de estos tres autores y sus investigaciones sobre prostitutas españolas les llevan a caracterizarlas como afectas innatas de psicopatía sexual, deficiencia mental y amoralidad. Este diagnóstico les conduce a justificar su internamiento en las cárceles especiales para prostitutas, para reforma. De este modo, los trabajos de Vallejo, Martínez y Echalecu fueron instrumentales para la justificación del establecimiento de las cárceles especiales. El marco conceptual de la biopsicología de inspiración alemana se puso al servicio del proyecto social de la biopolítica franquista.
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Bandrés, J., Zubieta, E., & Llavona, R. (2014). Mujeres extraviadas: psicología y prostitución en la España de postguerra. Universitas Psychologica, 13(5), 1667. https://doi.org/10.11144/javeriana.upsy13-5.mepp
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