La historia, la arquitectura y la salud pública parecen ser disciplinas muy distintas. De hecho, lo son, y tanto las competencias como los conocimientos que se requieren para desenvolverse en cada una de ellas son muy diferentes. La historia, la arquitectura y la salud pública parecen también ser áreas difíciles de unir en un solo proyecto o con un mismo objetivo. Y eso sí que no es así. Por el contrario, las tres y varias más pueden converger desde sus es-pecificidades y sus metalenguajes, desde su teoría y su praxis, para contribuir a la sociedad en algo tan básico y a la vez tan complejo como es el mejoramiento de la salud y las condiciones de vida de la población. Así lo han entendido la historiadora de la Uni-versidad Católica Macarena Ibarra y el arquitecto de la Universidad de Chile y profesor de la Uni-versidad Técnica Federico Santa María, Rodrigo Mora, autores del artículo " Habitar la escuela: el problema de la infraestructura y su relación con las enfermedades escolares en Chile " , publicado en 2011 en la revista INVI. Estos profesionales se ocuparon particularmente del entorno escolar, pero, para llegar a él, indagaron en el rol entre ciudad y salud en distintas etapas de la historia de Chile. El estudio aborda la epidemia de virue-la que azotó con fuerza al país hace más de cien años y la obesidad, principal problema nutricional de nuestros días. Macarena Ibarra, académica del Instituto de Estudios Urbanos y Territoria-les de la PUC, cuenta que en los espacios escolares construidos en Chile a mediados del siglo XIX se recogían las normas y estándares de higiene que se discutían en Europa, donde ya se vivía una fuerte corriente higienista. " Pero a principios del siglo XX se produjo una transformación cultural cuando el médico entra a la ciudad. Después entra el maestro de escuela a generar presión sobre las condiciones de higiene " , añade. Más tarde se incorporan el arquitecto, el urbanista y otros que comprenden de manera más integral esta relación entre el hábitat y la salud de las personas. -¿Qué medidas se tomaban en ese entonces? -Como ya existía la percepción de que ciertos espacios que eran habitados por largas jornadas -como la escuela-favorecían la aparición o el contagio No solo los médicos tienen algo que decir en materia de salud pública. Una historiadora y un arquitecto ahondan en la impor-tancia de que las agendas de diferentes sectores converjan para crear espacios saludables, capaces de interpretar las nuevas for-mas de habitar la ciudad. 59 de determinadas patologías, se llegó incluso a plantear que reduciendo la jornada escolar dis-minuiría el riesgo de que los niños contrajeran enfermedades infecciosas. Otra preocupación que se mantuvo por largo tiempo fue la de sani-tizar las rutas de acceso a los colegios. En 1909 el arquitecto Ricardo Larraín Bravo publicó su libro " La higiene aplicada a las cons-trucciones " . Su obra aparece como un referen-te para la construcción de escuelas, hospitales, cárceles y otros edificios, en cuanto considera-ba aspectos como la cantidad y tamaño de las ventanas, la iluminación, la ventilación y otros, de los cuales hasta esa época no se hablaba. -¿Cómo evolucionó la mirada al tema durante el resto del siglo XX?
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Carvajal, Y., & Araneda, D. (2012). Ciudades saludables: un desafío multisectorial. Revista Chilena de Salud Pública, 16(1). https://doi.org/10.5354/0717-3652.2012.18613
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