En la historia de la humanidad ningún suceso histórico ha impactado tan profunda-mente como las revoluciones industriales. Cada una de estas ha traído consigo mejoras en la calidad de vida y, en especial, cambios en la estructura de la sociedad. Sin embargo, la humanidad tuvo que adaptarse a esto para aprovechar los avances tecnológicos en su totalidad. Además, cada revolución ha traído problemas de desigualdad, problemas de adaptación y de retraso tecnológico. En este contexto, la nueva revolución que se aproxima es una de las más complicadas a adaptarse debido a la velocidad en que se está imponiendo. Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, ha mostrado su preocupación por los nuevos desafíos que se avecinan. Esto le llevo a escribir The Fourth Industrial Revolution, basado en conferencias organizadas por el Foro. En primer lugar, este tema ha sido desarrollado en un principio por libros literarios de ciencia ficción. Por ejemplo, Isaac Asimov escribía novelas en las cuales tenía como propósito explicar y desarrollar los retos que supondrían en el futuro la interacción entre humanos y autómatas. En su colección de historias cortas, «Yo, Robot», plantea tres leyes de la robótica que permitiría al humano convivir sin problemas con los robots: un robot no hará daño a un humano o permitirá que un humano sufra daño; un robot cumplirá las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de las que entren en conflicto con la primera; y la existencia de un robot debe ser protegida por él mismo, sin que entre en conflicto con las otras dos leyes. Con la llegada de la Tercera Revolución Industrial, este tema dejó de ser ciencia ficción y pasó a ser una realidad. Dos autores, Mcaffe y Brynjolfson, denominaron a esta como la «Primera Edad de las Máquinas», debido a la creación del primer computador para el hogar. Las máquinas se masificaron, con el resul-tado de una mejora considerable de la productividad humana. Luego, la investigación de Gordon Moore describió que desde 1965 cada año se añade el doble de componentes a un circuito integrado, la cual denominó Ley de Moore. Esta ley mostró que mientras avanzaban los años, los computadores se hacían mucho más pequeños y tenían mayores capacidades de procesamiento y almacenamiento de datos. Esos cambios llevaron a la preocupación respecto a lo que depararía el futuro. En un corto periodo de tiempo, la ciencia ficción se había vuelto una realidad; lo cual generaría debates y conversatorios respecto a los retos que se afrontarían en el futuro debido a estos progresos tecnológicos. En segundo lugar, el autor propone que los cambios tecnológicos producidos por la Cuarta Revolución Industrial van a traer cambios a los cuales nos debemos adaptar con rapidez. Además, avizora un futuro positivo en el que la tecnología va a ser utilizada para el bien común y no para objetivos bélicos. Para llegar a esto, el autor propone que los ciudadanos, los gobiernos y el sector privado deben trabajar conjuntamente en la adaptación de estas tecnologías a las actividades que se realizan cotidianamente. En las https://doi.
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Arroyo Lazo, M. A. (2018). Schwab, Klaus. The Fourth Industrial Revolution. Ginebra: World Economic Forum, 2016, 172 pp. Economía, 41(81), 194–197. https://doi.org/10.18800/economia.201801.012
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