La Organización Mundial de la Salud plantea que la vacunación, junto al uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento físico, es una de las medidas más eficaces para detener la propagación del virus 2 , no obstante, un porcentaje importante de la población parece estar indeciso respecto a la vacunación, ¿a qué se atribuye la baja adherencia a la vacunación contra el COVID-19? Distintos factores psicológicos y sociales han sido estudiados en torno a la conducta de vacuna-ción. La indecisión por la vacunación, referida al retraso en la aceptación o rechazo de la vacunación pese a la disponibilidad de ésta, es un proceso complejo que depende del contexto, el lugar y el tipo de vacuna 3 , y que podría explicar en parte la baja adhesión al proceso de inoculación. En este sentido, y respecto a factores psicológicos, la versión extendida de la Teoría de la Acción Planifica-da es un modelo ampliamente utilizado en Psicología de La Salud para explicar conductas en salud 4 , y que es útil para comprender el fenómeno de indecisión. En este modelo se propone que los determinantes psicoló-gicos vinculados a la intención y acción de vacunarse son la percepción de riesgo, juicio subjetivo sobre la ocurrencia de eventos negativos; el comportamiento pasado; el conocimiento; la actitud o evaluación favorable o desfavorable sobre una conducta y su resultado; la percepción de control acerca de las capacidades para ejecutar una acción; y la norma subjetiva o percepción de presión social de otros por realizar una conducta. Estudios realizados en el contexto del proceso de vacunación contra el COVID-19, han demostrado que la Teoría de la Acción Planificada se vincula con incremento de un 66% en la intención de vacunarse 5. El modelo teórico antes descrito, demuestra que es imperativo que se incluyan aquellos factores psicoló-gicos en las campañas de vacunación, particularmente en la actual contra el COVID-19, para así aumentar la adherencia a ésta. En particular, parece necesario considerar la percepción de riesgo y las consecuencias de la no inoculación, para lo cual resulta fundamental establecer una buena comunicación de tales riesgos, que permita que las personas se preparen y respondan en caso de exponerse. Si se comunica clara y efectiva-mente sobre los efectos posibles de la no vacunación, la percepción de riesgo ante el contagio por COVID-19 puede aumentar, y, por tanto, fomentar la adherencia a la vacuna. Es importante educar respecto a las vacunas, en que consisten, cómo funcionan, qué efectos tienen en el organismo, y qué tan eficaces son para combatir el virus. Los mensajes deben ser diseñados y comu-nicados considerando variables sociodemográficas como edad, sexo, etnia, nivel socioeconómico y nivel educativo. En el escenario actual, es necesario enfatizar que el proceso de vacunación debe ir acompañado con las medidas de autocuidado previamente establecidas por la autoridad sanitaria, y que la vacuna por si sola no evita el contagio y la propagación del virus. La incorporación de variables psicológicas favorece la comprensión de la conducta, y en este caso particular, la conducta de vacunación.
CITATION STYLE
Salinas-Rehbein, B., & Ortiz, M. S. (2021). Aspectos psicológicos y conductuales del proceso de vacunación. Revista Médica de Chile, 149(4), 650–651. https://doi.org/10.4067/s0034-98872021000400650
Mendeley helps you to discover research relevant for your work.