El Omega-3 y más concretamente la fracción EPA tiene un efecto antiinflamatorio que se está utilizando como medida coadyuvante en diferentes patologías cómo , enfermeda-des cardiovasculares, dolor inflamación por artritis, problemas dermatológicos, meno-pausia y sofocos, enfermedad autoinmune y el problema que nos ocupa, lesiones muscu-lares en deportistas. Las investigaciones aportan una evidencia elevada de la eficacia y efectividad de la in-tervención farmacológica en estos trastor-nos, y la utilización de suplementos de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 puede ser un coadyuvante eficaz en el tratamiento de los trastornos anteriormente expuestos con mí-nimos efectos secundarios. Los ácidos grasos omega 3 son nutrientes esenciales para la salud, y el cuerpo no los puede generar, por lo que hay que adquirir-los a partir de la dieta. Necesitamos omega 3 para numerosas funciones corporales habi-tuales. Dentro de los Omega3 se encuentran el áci-do eicosapentaenoico (EPA) y el ácido doco-sahexaenoico (DHA), que están presentes en la grasa del pescado azul fundamentalmente, y en menor medida en las nueces. En el presente artículo se desarrollan aspec-tos importantes sobre la utilización de los omega-3 y los avances recientes en pobla-ción en general, y se analizan las ventajas re-lacionadas con su utilización. El EPA (acido eicosa pentaenoico) es el resul-tado de la acción de unos enzimas, que actúan sobre el ácido alfa linolénico (ALA), enzimas, que también partiendo desde la misma base, el ALA, dan lugar a la otra fracción conoci-da como DHA, (ácido docosahexaenoico), y ambos desarrollan funciones diferentes en nuestro organismo Así como el DHA, tiene una función neuroregeneradora fundamen-talmente, interviniendo, en funciones como desarrollo neurológico, desarrollo de las fun-ciones cognitivas, desarrollo de la visión y prevención de problemas de la retina, mane-jo de las enfermedades neurodegenerativas y mejora de la atención y la memoria, el EPA tiene un mecanismo de acción antiinflama-torio en enfermedad cardiovascular, en dolor, inflamación y artritis, problemas dermatoló-gicos, menopausia y sofocos, enfermedades autoinmunes y en las lesiones musculares en deportistas. No obstante, al DHA también se le reconoce función antiinflamatoria. En estudios realizados en medicina deportiva comparando la ingesta de omega3, el ejerci-cio en sí mismo y la edad, se ha observado como el omega3 disminuye la concentra-ción de fibrinógeno, la agregación plaqueta-ria, la viscosidad plasmática, las arritmias, los niveles de triglicéridos, la presión sanguínea, la masa grasa, la ratio omega6/omega3, y so-bre todo de forma clara los marcadores infla-matorios. Cuando se produce una lesión muscular, como consecuencia de la misma existe una inflamación que casi de forma espontá-nea, nos lleva a una inmovilización y en ese momento, se suceden una serie de hechos como: disminución de la síntesis de proteína basal del musculo, existiendo una resistencia al estímulo anabólico (disminuye la síntesis de proteína miofibrilar, la síntesis de proteí-na sarcoplásmica, la proteína mitocondrial, la síntesis de colágeno (musculo-tendón), por lo tanto disminuye la masa muscular, la capacidad oxidativa muscular; Así el tejido conectivo muscular, y la estructura tendino-sa está alterada, en definitiva, disminuye la función muscular, el rendimiento y la activi-dad. Con la introducción de omega 3(DHA/ EPA) el periodo de recuperación es más cor-to, ya que mejora la atrofia muscular duran-te la inmovilización y atenúa las señales de inmovilización, promoviendo la síntesis de proteína así como disminuyendo la sarcope-nia post lesión. Ponencias
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L. Artiles Pérez. (2015). Omega 3 y deporte. Revista de Las Sociedades Canarias de Pediatría, 39(2), 103–104. Retrieved from https://scptfe.com/wp-content/uploads/2020/10/39-2-Omega-3-y-deporte.pdf
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