En este artículo me propongo problematizar la identidad otaku basado en su auto-adscripción, alejándome de las posturas que separan a otakus y gamers como dos grupos identitarios diferentes dentro de un espacio común, con luchas discursivas y espaciales entre ellos. El objetivo principal de este trabajo es refinar la categoría de otaku y explorar la dinámica de su identidad como grupo, entendiendo que la superficialidad de su definición acaba por esconder un panorama mucho más complejo en torno a su identidad. Los estereotipos negativos que suelen recaer en el colectivo otaku, y que son reafirmados por los medios masivos de comunicación, producen una serie de diferentes reacciones y estrategias, a veces conscientes y a veces no, de parte de los individuos para poder lidiar con dichos estereotipos. Entre tales reacciones se encuentra la autodenominación de gamer. A partir de un extenso trabajo de campo, entrevistas, etnografía virtual y una encuesta realizada entre dos de los principales grupos de Facebook especializados en la temática en Argentina, propongo resaltar que no hay indicadores que demuestren (o apoyen con fuerza) una separación entre los fanáticos y seguidores del anime, y aquellos fanáticos de los juegos de video. Por el contrario, entiendo que la auto-adscripción a la categoría gamer, en estos grupos y eventos, es más bien una de las tantas estrategias que se adoptan para lidiar con la estereotipación negativa hacia los otakus, antes que tratarse de una separación identitaria.
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Ricciardelli-Dusseldorp, S. J. (2017). ¿Otakus y gamers en Buenos Aires?: dinámica compleja y estereotipos negativos. Jangwa Pana, 17(1), 41. https://doi.org/10.21676/16574923.2311
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