En estas últimas semanas marcadas por la pandemia de COVID-19, en Europa se ha popularizado una frase que traducida de su original italiano dice: "Recuerda que a nuestros abuelos se les ordenó ir a la guerra, ¡a nosotros todo lo que se nos pide es quedarnos en el sillón!". Aunque científicos de diferentes países y organizaciones están trabajando de manera acelerada en el desarrollo de una vacuna efectiva y en tener fármacos que ayuden en el tratamiento de esta enfermedad, hasta ahora lo mejor que se puede hacer para evitar la propagación acelerada del virus son las medidas higiénicas y de distanciamiento preventivo. Sin embargo, muchos nos preguntamos ¿qué más podemos hacer además de evitar o retrasar la infección? ¿Es posible mejorar nuestras probabilidades de enfrentar exitosamente esta enfermedad? Dentro de los factores de riesgo para tener un peor pronóstico en caso de infección por el virus SARS-CoV-2 se encuentran los siguientes: tabaquismo, edad mayor a 60 años (debido al fenómeno conocido como inmunosenescencia (1) , enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades pulmonares, cáncer y obesidad. Se conoce también que estas enfermedades mencionadas se relacionan entre sí porque comparten un origen común en desarreglos metabólicos a los que subyace la resistencia a insulina (Síndrome Metabólico). Esta resistencia a la acción de la insulina ha sido identificada como un factor condicionante de la respuesta inmunológica necesaria para combatir las infecciones (4). A continuación, se presentan datos que muestran cómo algunas sencillas elecciones en nuestra vida diaria pueden ayudar a nuestro organismo a estar mejor preparado para resistir o combatir no solamente a las enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, demencia, etc., sino también a condiciones agudas como COVID-19: Decisiones alimentarias Aumentar el consumo diario de frutas y verduras ha demostrado inducir mejoría en diferentes aspectos de la función inmunitaria como: • Proliferación de Linfocitos T y producción de citoquinas inmunoreactivas como Interleucinas 2 y 4 (5,6) con la ingesta de carotenoides y licopenos, presentes en tomates, pomelos rosas, sandías, ciruelas, así como en otras frutas y vegetales de color rojo o naranja. • Aumento significativo en la actividad lítica de las células Natural Killer (7) con la ingesta de polifenoles, que se encuentran presentes en forma abundante en múltiples frutas y verduras de coloración rojiza, legumbres como las lentejas, judías, guisantes y soya, cebolla, ajos, pimientos, té y cacao. • Aumento en más de un 50% en la concentración de Inmunoglobulina A, con la ingesta de champiñones (8) , entre otros vegetales. El aumento en la secreción de IgA disminuye el riesgo de desarrollar infecciones respiratorias virales. • El consumo de verduras crucíferas, como el brócoli, repollo, kale, facilita la activación de linfocitos intestinales, los cuales a su vez controlan la carga bacteriana y composición del microbiota, relacionando Artículo publicado por la Revista de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Ricardo Palma. Es un artículo de acceso abierto, distribuído bajo los términos de la Licencia Creative Commons: Creative Commons Attribution 4.0 International, CC BY 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), que permite el uso no comercial, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original sea debidamente citada. Para uso comercial, por favor póngase en contacto con revista.medicina@urp.pe
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Flórez G., L. G. (2020). Pandemia COVID-19: ¿Qué más puedo hacer? Revista de La Facultad de Medicina Humana, 20(2), 175–177. https://doi.org/10.25176/rfmh.v20i2.2941
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