El trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH), se ha convertido en un recurso terapéutico imprescindible en la práctica moderna de la medicina. En México, la historia de los trasplantes de CPH puede dividirse en dos etapas. La primera etapa se inicia en el año de 1980 cuando se llevó a cabo el primer TCPH en México, que hicieron el Dr. Ricardo Sosa y sus colaboradores, en el Instituto Nacional de la Nutrición en la ciudad de México. Después de este trasplante, se hicieron algunos otros aislados en el Centro Médico Nacional, en el Hospital Universitario de Monterrey, en el propio Instituto Nacional de la Nutrición y en otros sitios, con resultados pobres. Esto dio como resultado que en varias instituciones médicas del país se suspendieran de manera transitoria los programas de TCPH. En México la práctica de los TCPH fue casi anecdótica hasta antes de 1995. La segunda etapa se inició a partir de 1995, con la llegada de algunos médicos entrenados en la práctica de los TCPH. Otra causa por la que se reactivaron los programas de TCPH, fue la evolución de los conocimientos en esta área: a) se comenzaron a usar CPH de sangre periférica en vez de médula ósea; b) se hicieron simplificaciones de los métodos para llevar a cabo los trasplantes, y c) se inició la práctica de los alotrasplantes con esquemas de acondicionamiento no mieloablativo. Los trasplantes alogénicos no mieloablativos (TANM) han encontrado un terreno muy fértil para realizarse en países en desarrollo, entre ellos en México, ya que son considerablemente más baratos, más simples e igualmente eficientes. En el año de 1999 se inició un programa de TANM en Monterrey y Puebla usando un esquema novedoso, accesible y barato, que emplea fludarabina, ciclofosfamida y busulfán. Este esquema mexicano ha mostrado ser útil para trasplantar a niños, adultos y sujetos añosos y ha producido resultados similares a los de los esquemas tradicionales de acondicionamiento pre-trasplante. La accesibilidad y eficiencia de este método ha dado como resultado que varias instituciones del país, entre ellas el Centro Médico la Raza del IMSS y el Instituto Nacional de Cancerología, lo usen y que además, se haya adoptado como el método de referencia por el grupo LACOHG (Latin-American Cooperative Onco-Hematology Group). Los trasplantes de células de cordón umbilical se han llevado a cabo en el Hospital Universitario de Monterrey, en el Centro de Hematología y Medicina Interna de Puebla, en el Hospital Ángeles de la ciudad de México y probablemente en otras instituciones. Se han organizado bancos de células placentarias en el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, el Hospital Universitario de Monterrey, la Unidad de Criopreservación de Puebla y otras instituciones privadas. La práctica de los TCPH en México, iniciada en 1980, estuvo estancada durante un tiempo pero, para fortuna de los pacientes quienes requieren de estos tratamientos, ha tenido un crecimiento más rápido en los últimos años. En 2003, se informaron resultados de 1337 pacientes trasplantados en todo el país.
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J. Ruiz-Argüelles, G. (2005). Historia del trasplante de médula ósea en México. REVISTA BIOMÉDICA, 16(3), 207–214. https://doi.org/10.32776/revbiomed.v16i3.419
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