El objetivo de este artículo de revisión de tema es aportar información acerca de un aspecto que pocas veces se tiene en cuenta (principalmente por la falta de material documentado, escrito o publicado) en el momento de realizar una prescripción a una persona que requiera una ayuda óptica. Se analizará, desde diferentes puntos de vista, el aporte de un lente oftálmico a la seguridad y salud del paciente, con independencia del material en que se fabrique. La resistencia a los impactos de un sistema óptico depende de muchos aspectos, entre ellos: el espesor del lente, el índice de refracción del material, la curva base utilizada para su fabricación y la aplicación o no de tratamientos ópticos como el antirrayas, el antirreflejo y los fotosensibles. Todos los análisis de este tema se realizan a estudios basados en las indicaciones dadas por instituciones como ANSI (Estados Unidos), OLA (Estados Unidos), CSA (Canadá) y AS/NZS (Australia), para aplicar pruebas que miden la resistencia de lentes como Drop Ball Test, además de pruebas balísticas de velocidad y alto impacto. Se puede concluir que el policarbonato es el material más resistente y que el espesor central tiene relación directa con la fortaleza del lente. Adicionalmente, entre más plana sea la curvatura base, mayor es la fragilidad del material, y el tratamiento antirreflejo influye de manera directa en la disminución de la resistencia a los impactos, a diferencia de los tratamientos fotosensibles, los cuales no alteran esta propiedad.
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Reyes Domínguez, J. F. (2013). Resistencia a los impactos: una mirada óptica. Ciencia & Tecnología Para La Salud Visual y Ocular, 11(2), 113. https://doi.org/10.19052/sv.2368
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