A fines de diciembre de 2019, la OMS fue notificada de un grupo inusual de casos de neumonía en Wuhan, China. La enfermedad, más tarde denominada COVID-19, se propagó rápidamente más allá de las fronteras de China, y los primeros casos en Europa se registraron el 25 de enero de 2020. Investigaciones posteriores identificaron un nuevo beta-coronavirus ahora designado como coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS- CoV-2). Actualmente, no hay opciones de tratamiento antiviral con eficacia comprobada, pero varios ensayos controlados aleatorios están investigando agentes como la hidroxicloroquina, lopinavir-ritonavir, favipiravir y remdesivir. Hasta la fecha, los datos sobre COVID-19 en niños y adolescentes siguen siendo escasos, a pesar de que el número de casos confirmados de COVID-19 ahora supera los 16 millones a nivel mundial. Además, los documentos existentes de China contienen muy pocos datos clínicos sobre niños, y la mayoría carece de detalles sobre Medidas de apoyo requeridas por niños con COVID-19. Del mismo modo, los informes epidemiológicos recientes de Europa y América del Norte contienen poca información clínicamente relevante. Determinar el nivel de apoyo requerido por los niños es esencial para la planificación del servicio pediátrico durante la pandemia de COVID-19 en curso.
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Bonilla, P. S., Arita, I. B., & Romero, J. J. (2021). COVID-19, una perspectiva desde el punto de vista endocrinológico. Acta Pediátrica Hondureña, 11(1), 1122–1128. https://doi.org/10.5377/pediatrica.v11i1.11744
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