El mundo se enfrenta a una crisis debido a la actual pandemia causada por el SARS-CoV-2, un virus de cadena simple de ARN que causa la enfermedad denominada "Coronavirus Disease 2019" (COVID-19) 1. El primer caso de este virus se reportó a fines de diciembre del 2019 en Wuhan, China y hasta el 20 de septiembre ya se habían reportado más de 30,6 millones de casos y 950.000 muertes en más de 185 países 1,2. Sin embargo, seis meses después de su aparición aún se desconoce información relevante de este para poder combatirlo. En la búsqueda de un tratamiento para esta infección han resonado varios medicamentos como remdesivir, favipiravir, ivermectina e hidroxicloro-quina por mencionar algunos, pero los estudios continúan para determinar cuál será el tratamiento indicado para estar un paso más cerca a detener esta infección 3. Mientras esto se logra, actualmente se usan algunos medicamentos para tratar la sintomatología relacionada a la infección por COVID-19 como acetaminofeno, ibuprofeno, antitusivos, expectorantes y ácido acetilsalicílico (más conocido como aspirina o ASA) 4. Debido al pánico creciente por la pande-mia y el temor a infectarse, se teme que esta información pueda ser usada por la población que desconoce el uso y precauciones de estos medicamentos al automedicarse como forma de prevención de la enfermedad. Por esto, es necesario resaltar y recordar el pasado, en especial, del último fármaco mencionado, la aspirina. Actualmente, se están realizando 11 estudios que incluyen el uso de aspirina ya sea sola o combinada con ivermectina o dexametasona 5. Según la Asociación Farma-céutica Canadiense, la dosis es de 325-650 mg en adultos y su uso en menores de 18 años no está recomendado. Los efectos adversos pueden causar malestar gastrointestinal y se debe evitar en pacientes con insuficiencia renal, enfermedad de úlcera péptica, insuficiencia cardíaca y asma sensible a ASA 4. La aspirina, además, se relaciona con un síndrome que causa alteración de la conciencia, del ritmo respiratorio, del tono muscular y reflejos, fiebre, convulsiones y vómitos denominado síndrome de Reye, en honor a quien lo describió por primera vez en el año 1963 6. También se asocia con una encefalopatía no inflamatoria inexplicable, aumento de la presión intracraneal, elevación de aspartato transaminasa, alanina transaminasa, niveles de amoníaco e infiltraciones de grasa hepática 7. Se han suge-rido posibles etiologías de este síndrome como una toxina intrínseca que causa a…
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Conde-Cardona, G., Contreras-Puentes, N., & Polo-Martínez, M. (2020). Recordando el Síndrome de Reye en tiempos de COVID-19. Revista Chilena de Infectología, 37(5), 615–616. https://doi.org/10.4067/s0716-10182020000500615
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