Repercusiones clínicas de los trastornos de las relaciones de apego…. 341 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Factores que contribuyen a la Salud Mental. Siempre me gusta empezar recordándonos a todos, que hay muchos factores que contribuyen a la Salud Mental y a la psicopatología y que sólo incluiremos en nuestra charla a un pequeño número de los que se conocen actualmente. Aquellos en los que vamos a centrarnos están alrededor del apego y del trauma, y un poco sobre los datos genéticos. De manera que, otros muchos factores, desde luego, son muy importantes, pero no vamos considerarlos en esta exposición. Sabemos también, que los que padecen el Trastorno límite de personalidad (TLP) son responsables de un índice de uso muy elevado de los servicios clínicos. De modo que, desde el punto de vista de la Salud Pública es muy importante que se comprendan mejor las trayectorias que llevan a este Trastorno. Y también, por supuesto el hecho de un elevado índice de mortalidad asociada al TLP nos subraya la importancia de una buena comprensión de este trastorno. Así pues, ¿Qué sabemos acerca de la etiología de los trastornos de la personalidad límite? Hay una enorme cantidad de teoría y relativamente pocos datos empíricos. Se ha pensado en las dinámicas familiares desde el punto de vista de los fracasos en la separación-individuación, partiendo de las influencias de las teorías tempranas de Mahler. Más recientemente, Marsha Lineham ha sugerido que la falta de validación en las relaciones padre-hijo es de gran importancia en el desarrollo de las características borderline. Una vez más, no disponemos de ningún dato empírico que respalde esta propuesta teórica. Peter Fonagy nos habla de la inhibición de la mentalización ante el odio parental, pero una vez más no disponemos de datos a favor o en contra de esta hipótesis. La etiología del trauma. De lo que sí tenemos muy buenos datos empíricos es acerca de que los pacientes TLP tienen una alta incidencia de trauma en sus historias. Mary Zanarini, por ejemplo, nos muestra que una alta proporción de pacientes adultos informan retrospectivamente de elevados índices de abuso y negligencia. Lo que no podemos explicar a partir de este tipo de informes personales retrospectivos es qué otro tipo de procesos familiares se encuentran también alterados. El abuso y la negligencia tienen lugar habitualmente en un contexto familiar en el que se dan también otro tipo de alteraciones en otros aspectos de las interacciones padres-hijo que se dan en el minuto-a-minuto. En consecuencia es muy difícil aislar el abuso y la negligencia sin considerar, a su vez, cómo se ve el contexto familiar en un sentido más amplio. Por eso, es muy útil disponer de datos longitudinales prospectivos y de datos a partir de la observación directa con el objeto de desentrañar los múltiples procesos que podrían haberse desarrollado mal. También sabemos que los factores genéticos muy probablemente juegan un papel en los TLP. Disponemos de estudios de gemelos que nos muestran una alta concordancia entre gemelos en cuanto a los trastornos de personalidad en general, y también de estudios de familias que demuestran elevadas frecuencias de rasgos
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Lyons-Ruth, K. (2010). Repercusiones clínicas de los trastornos de las relaciones de apego, desde la infancia a la adolescencia. Clínica e Investigación Relacional, 04(2), 340–356. https://doi.org/10.21110/19882939.2010.040204
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