En las últimas décadas hemos comenzado a elaborar una visión global de las relaciones que existen entre los distintos componentes de la biosfera. Se están produciendo cambios en el medio y el origen de estas alteraciones inusuales es la actividad de los seres humanos. La pérdida de biodiversidad, la disminución de la capa de ozono o el cambio climático son síntomas de una enfermedad, son la consecuencia de la apropiación de la biosfera por nuestra especie. El cambio global es inevitable, pero lo que sí que es evitable es la continua degradación de los ecosistemas y de su capacidad para proporcionarnos servicios necesarios para nuestra supervivencia. Este es, sin duda, el gran reto de la humanidad para el siglo XXI: avanzar hacia un mundo sostenible, en el que se vayan produciendo mejoras en la economía, el medio ambiente y la sociedad para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. El ecosistema Tierra sobrevivirá a esta crisis pero no está claro si los sistemas sociales podrán sobrevivir sin sufrir un desastre de enormes proporciones. No está en juego la supervivencia de la especie humana, pero sí la de miles de millones de personas en un futuro relativamente inmediato. ¿Seremos capaces de adaptar nuestras estructuras sociales a las limitaciones del planeta Tierra?
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Hoyo Jiménez, J. F. (2020). Un futuro sostenible. Revista de Investigación y Educación En Ciencias de La Salud (RIECS), 5(S1), 5–6. https://doi.org/10.37536/riecs.2020.5.s1.186
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