El proceso de curtido consiste en transformar la piel de ganado vacuno u otros animales, en cuero, mediante la aplicación de taninos que son sustancias de origen vegetal, o también de cromo. Este elemento es un contaminante cuya concentración máxima permisible en vertimientos industriales es de 1 mg/L, según la Resolución 1074 de 1997 del Departamento Administrativo de Medio Ambiente (DAMA), para el Distrito Capital, por la cual se establecen estándares ambientales en materia de vertimientos. Se evaluó la factibilidad técnica para recuperar y reutilizar cromo de las aguas residuales del proceso de curtido de una curtiembre en San Benito (Bogotá), precipitándolo con soda cáustica 4 M y regenerándolo con sulfato de sodio y ácido fórmico grado industrial en reemplazo de ácido sulfúrico, regulado por estupefacientes, para reutilizar la sal de cromo en el mismo proceso de curtido. Su implementación minimiza contaminación de aguas con cromo y disminuye costos de producción. Se redujo el contenido de cromo del agua residual del proceso de curtido en 99,9% desde concentraciones promedio de 2.475 mg/L hasta niveles inferiores a 1,0 mg/L, permitiendo reutilización del agua para lavado de pieles saladas que ingresan al proceso, después de tratamiento con hidroxicloruro de aluminio e hipoclorito de sodio, disminuyendo significativamente su consumo. Se determinó la calidad del cuero obtenido mediante pruebas de encogimiento y resistencia a la flexión. Los procesos de reutilización de materiales producidos como desecho en procesos de curtiembres son fundamentales en la sostenibilidad ambiental de estas industrias.
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Ortiz, N. E., & Carmona, J. C. (2015). Aprovechamiento de cromo eliminado en aguas residuales de curtiembres (San Benito, Bogotá), mediante tratamiento con sulfato de sodio. Luna Azul, (40), 117–123. https://doi.org/10.17151/10.17151/luaz.2015.40.9