Es necesario administrar las vacunas con una técnica adecuada. Una técnica incorrecta puede dar lugar a una absorción insuficiente o aumentar el riesgo de reacciones locales. Ninguna vacuna debe administrarse por vía intravenosa. Para una técnica correcta, es necesario: • Conocer la vía de administración indicada según el tipo de vacuna (si hay dudas, consultar el prospecto o la ficha técnica). • Elegir el lugar anatómico adecuado en una zona de piel sana, en función de la edad y envergadura del paciente. • Disponer del material necesario (sobre todo del tipo de aguja recomendada). • Cuando se trata de un niño, es importante asegurarse de que se le ha inmovilizado bien; la adecuada colaboración de los padres o acompañantes es fundamental. Cuando se administra más de una vacuna en un mismo acto, es preferible administrarlas en lugares anatómicos diferentes. Si esto no es posible, debe guardarse una distancia entre ambas de al menos 2,5 cm. No se recomienda el uso de paracetamol o ibuprofeno de forma rutinaria con el propósito de prevenir posibles reacciones ya que puede disminuir la respuesta vacunal. Sí está indicado para tratar la fiebre (≥38 ºC) o el dolor tras la vacunación en el caso de que se presente. Se han realizado numerosos estudios para evaluar la reactogenicidad de las vacunas administradas por vía parenteral en relación a diferentes variables. Existe evidencia de menor reactogenicidad con las siguientes variables: • Lugar de administración el deltoides frente al vasto externo del muslo. • Técnica de inyección intramuscular frente a subcutánea. • Agujas más largas frente a más cortas. • Ángulo de 90º frente a ángulo menor en inyección intramuscular.
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Guerrero Arango, L., & Gallego Cortes, L. M. (2017). Procedimientos de enfermería. In Fundamentos en los procesos básicos de los cuidados de enfermería. Tomo II (pp. 97–165). Editorial Universidad Santiago de Cali. https://doi.org/10.35985/9789588920771.2
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