Palabras clave: Cuidados Paliativos. Cuidados continuos. Medicina Interna. De un lado, el envejecimiento progresivo de la población y el consiguiente aumento exponencial de las patologías cróni-cas, la mejora en los tratamientos y el consecuente aumento en la sobrevida, la prevalencia cada vez mayor del cáncer y otra serie de factores sociosanitarios 1 ; y del otro, la insufi-ciente adaptación de los profesionales de la salud al manejo del paciente crónico en situación de terminalidad, que con frecuencia conlleva una atención médica en muchos casos desproporcionada y con consumo de gran cantidad de re-cursos (lo que se conoce como encarnizamiento terapéuti-co u obstinación terapéutica), hacen necesario y acuciante el desarrollo e implementación de programas de cuidados paliativos que garanticen una adecuada atención de los pa-cientes 1-3. Al contrario de lo que puede parecer, la atención a la cro-nicidad avanzada y la enfermedad terminal sigue siendo un reto del Sistema Nacional de Salud, cuyo objetivo debe ser simplificar los métodos de identificación del paciente crónico con edad avanzada y las necesidades de cuidados paliativos. En este sentido, los distintos estudios de prevalencia de que disponemos hablan de que hasta el 1,4-26% de los pacien-tes que están en domicilio podrían beneficiarse de cuidados paliativos, y este porcentaje se eleva al 66-70% cuando te-nemos en cuenta las instituciones sociosanitarias 3,4. Así, tanto en el ámbito de la Atención Primaria como en el medio hospitalario, pocos son los pacientes (se estima que en torno a un 15-20%, según las series) que entran en pro-gramas de cuidados paliativos 5 , casi siempre en unidades específicas y enfermos en su mayoría con patología oncoló-gica. Aplicando de manera estricta los criterios de enferme-dad terminal definidos para cada patología, las estadísticas no son mucho mejores si nos fijamos en los servicios de Medicina Interna, donde menos de un tercio de los pacientes que tienen enfermedades crónicas no oncológicas (insufi-ciencia renal, hepatopatía, enfermedad cerebrovascular, in-suficiencia cardiaca, EPOC, VIH/SIDA, etc.) en fase avanzada y situación clínica de terminalidad son reconocidos como tales por el médico que les atiende 6 , lo que hace más difícil aún la limitación de los esfuerzos diagnósticos y terapéu-ticos y conlleva que estos a menudo sean, como ya se ha mencionado, desproporcionados. Como resumen, podría afirmarse que en el conjunto del Sis-tema Nacional de Salud sólo el 30-35% de los pacientes que fallecen anualmente en España por una enfermedad terminal reciben cuidados paliativos específicos, a través de los equipos de Atención Primaria, las unidades de atención domiciliaria o en las unidades hospitalarias de agudos, media y larga estancia. Pero éste es un hecho cambiante en los últimos años, y un factor clave del proceso ha sido el cambio radical en la demanda social, que ha identificado la promoción de los cuidados paliativos como un elemento cualitativo esencial del sistema de salud, de forma que la puesta en marcha de programas de Cuidados Paliativos en los planes de Salud es un indicador del sistema sanitario para el bienestar de sus ciudadanos 7,8. Otro punto clave de este cambio es la mayor atención y formación de la Atención Primaria en el manejo de este tipo de enfermos. El objetivo principal de los Cuidados Paliativos debe ser por tanto la promoción del confort y de la calidad de vida del paciente y de la familia, basada en el control de síntomas, el soporte emocional y la comunicación. Para dar respuesta a esta demanda, en 1992 se formó la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), como institución reguladora y unificadora de criterios y estándares mínimos de atención. Poco después, en 1999 y a raíz de la Recomendación 1418 del Consejo Europeo, el Pleno del Senado aprobó una moción por la que se instaba al Go-bierno a elaborar un Plan Nacional de Cuidados Paliativos en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacio-nal de Salud. En cumplimiento de este mandato se elaboró en diciembre de 2000 el documento denominado "Plan de Cuidados Paliativos, bases para su desarrollo". Otros hitos importantes fueron el desarrollo de la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos de 2007, y más específicamente en nuestra comunidad, el Plan Galego de Coidados Paliativos 2 de 2005. Igualmente cabe destacar la labor fundamental de las Unidades de Hospitalización a Domicilio, que hasta en-tonces habían llevado el peso de la atención de este tipo de enfermos. Con todo ello se definió entonces el concepto de Enfermedad Avanzada y Compleja (EAC) como aquella que por su historia natural y/o complicaciones diagnóstico-terapéuticas genera en el paciente y la familia necesidades de difícil solución y gran impacto físico, psicológico, social o espiritual, y que con frecuencia acostumbra a desembocar en la etapa de Correspondencia: miguel.angel.nuñez.viejo@sergas.es Como citar este artículo: Núñez Viejo MA Los Cuidados Paliativos. Un nuevo reto para la Medicina Interna. Galicia Clin 2017; 78 (1): XX-XX Recibido: 25/05/16; Aceptado: 23/09/16 | 15 |
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Núñez Viejo, M. Á. (2017). Los Cuidados Paliativos. Un nuevo reto para la Medicina Interna. Galicia Clínica, 78(1), 15. https://doi.org/10.22546/43/999
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