En su expansión hacia el norte de lo que hoyes México, los españo-les encontraron culturas que no se parecían a las de los aztecas y de los otros pueblos del centro y sur del país. En el norte hallaron sim-ples agricultores, a veces seminómadas, y cazadores-recolectores, que se oponían ferozmente a la expansión colonial. Eran pobres, poco numerosos y vivían dispersos en un territorio amplio, caluroso y seco. Frente a las reducidas perspectivas de botín y riqueza y la arraigada tradición guerrera de los habitantes del territorio, entre los españo-les no hubo nadie que quisiera organizar los medios y las fuerzas necesarias para romper la resistencia indígena. De esta manera, la expansión española, que en el territorio de los viejos imperios indí-genas había sido llevada a cabo de un modo rápido, se estancó. En la meseta central comenzaron a avanzar de nuevo, como consecuencia de los descubrimientos de ricas vetas de plata que se hicieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI; pero en el noroeste el avan-ce quedó detenido en las riberas del río de Sinaloa. En vista de esto, el gobernador de la Nueva Vizcaya, Rodrigo del Río y Loza, invitó en 1598 a los jesuitas a enviar misioneros para someter aquella zona a Dios y al rey. Los ignacianos, que habían llegado a México en 1572, no vacilaron en aprovechar la ocasión para incursionar en el campo de la evangelización e intentar la rea-lización de una sociedad cristiana entre los pueblos paganos. Así como en varias partes de América del Sur (Paraguay, Chiquitos, Maynas, etcétera), en el norte de México las misiones venían a ser una de las típicas instituciones fronterizas del imperio español. Allí, los jesuitas J El presente artículo se basa fundamentalmente en la información reunida en mi libro jesuiten aus Mitteleuropa im kolonialen Mexiko. Eine Bio-Bibliographie, Viena/Munich 1995 (Estu-dios sobre historia y cultura de los países ibéricos e iberoamericanos 2). Una primera versión la presenté en el xx Simposio de Historia y Antropología de Sonora, celebrado en Hermosillo, Sonora, del 23 al 26 de febrero de 1995, y fue publicada con el título La vida diaria de los padres jesuitas en las misiones del noroeste de México. Un acercamiento a la historia cotidiana colonial, en la Memoria del xx Simposio de Historia y Antropología de Sonora, Hermosillo, 1996, p. 25-70.
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Hausberger, B. (2009). La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el noroeste novohispano. Estudios de Historia Novohispana, 17(017). https://doi.org/10.22201/iih.24486922e.1997.017.3444
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