Juego y moralidad aparecen, en una primera aproximación, como vertientes contrapuestas de la vida humana, puesto que la primera de ellas se asocia habitualmente con lo frívolo, mientras que la segunda se considera como el ámbito de la máxima seriedad. No obstante, una indagación más profunda en la actitudlúdica,revela su afinidad, en diversos aspectos, con el genuino carácter moral. Ante la obligatoriedad del deber moral, el espíritu del juego nos propone, sin anular dicha obligatoriedad objetiva, una actitud recreativa en la que se reafirma la iniciativa que es propia de la libertad. La actitud moral lúdica considera el requerimiento moral como una interpelación, es decir, como un encargo o misión encomendada que se debe llevar a cabo libre y comprometidamente.En este artículo proponemos una extensión de la actitud lúdica a todas las tareas propias del trabajo escolar y, en general, a todas las facetas de la vida corriente, como modo de fomentar el carácter moral en los estudiantes. Para ello, tras analizar la actitud propia del juego valiéndonos de los autores de referencia sobre el tema, mostramos su íntima conexión con la conducta auténticamente moral, y exponemos cinco claves educativas que favorecen la formación del carácter moral a través de la extensión de la actitud lúdica al proceso de aprendizaje y a la propia vida del estudiante. Estas claves son: lapresenciadel estudiante en el proceso de aprendizaje, el diálogo, la evaluación, el refuerzo intrínseco y la deportividad.
CITATION STYLE
Pérez Guerrero, J. (2019). El valor de la actitud lúdica para la formación del carácter moral. Teoría de La Educación. Revista Interuniversitaria, 31(2), 155–176. https://doi.org/10.14201/teri.20217
Mendeley helps you to discover research relevant for your work.