México es considerado un centro secundario de diversidad del género Pinus. Un análisis de la literatura más reciente indica que los pinos migraron hacia el actual territorio mexicano desde el hemisferio norte a través de corredores naturales e impulsados por los cambios climáticos del pasado. Los procesos de diversificación del género ocurrieron en las principales cadenas montañosas de México, que funcionaron como corredores biológicos o como islas biogeográficas que definieron el patrón de distribución general actual de los pinos en cinco grandes regiones. Recientemente se reconocen para México 46 especies, 3 subespecies y 22 variedades de pinos. El 55% de estos taxa son endémicos. Lo que nos convierte en la nación con mayor diversidad al contar con alrededor de 42 % de las especies del mundo. Los pinos mexicanos son uno de los recursos naturales más valiosos por su uso tradicional y comercial, por su importancia cultural y por los servicios ambientales que ofrecen. A pesar de ello la continua disminución de la cobertura de los bosques de pino y pino-encino, por causa de las actividades humanas y por los incendios forestales, es alarmante. Al menos 20 taxa de pinos mexicanos están en alguna categoría de riesgo y dos de ellos: Pinus maximartinezii y P. muri cata se encuentran en peligro de extinción. Los programas nacionales e internacionales para el uso sostenible y la conservación del género Pinus en México aún no son eficientes y suficientes.
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Sánchez-González, A. (2016). Una visión actual de la diversidad y distribución de los pinos de México. Madera y Bosques, 14(1), 107–120. https://doi.org/10.21829/myb.2008.1411222
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