Entre la anarquía del evento y la ansiedad del relato

  • Schudson M
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Es cierto que las noticias son construcciones sociales y que los periodistas pueden valerse de distintos moldes narrativos –como el melodrama o la ironía– para enmarcar los acontecimientos. Sin embargo, es el carácter de los eventos en sí mismos lo que condiciona al tipo de matriz que ellos eligen para contar sus historias. [Versión en inglés disponible en / English version available in: www.cuadernos.info] DOSSIER A lo largo de mi carrera me ha tocado asistir a muchos coloquios en los que se reúnen pe-riodistas y cientistas sociales. Más allá de las di-ferencias puntuales o los comienzos más o menos fraternos, en todos estos encuentros termina ocu-rriendo lo mismo: los académicos insisten que las noticias son una construcción social y que, por eso, tanto los periodistas como las organizaciones donde trabajan elaboran las noticias. Los periodis-tas, horrorizados ante lo que creen es una calum-nia, insisten que no, que ellos no elaboran nada sino que sólo reportean lo que ven. Debo admitir que por mucho tiempo sostuve que en estas discusiones los periodistas estaban siendo naíf. Sin embargo, últimamente he llegado a creer lo contrario: que en verdad son los acadé-micos quienes pecan de ingenuos. Por supuesto, los periodistas producen noti-cias y éstas son socialmente construidas; en esto, los académicos no se equivocan. Pero los periodis-tas no elaboran desde la nada, no arrojan noticias así como el mago saca un conejo del sombrero, sino que lo hacen desde un sustrato muy parti-cular. Ellos trabajan con una materia prima a la cual son altamente susceptibles y reactivos, y que la academia no ha tomado mucho en cuenta. Y esto es lo que nosotros entendemos por sucesos o acontecimientos. Los periodistas generalmente responden a suce-sos que no han anticipado ni entienden. Su tarea es encajar aquellos eventos en categorías comprensi-bles. Narrarlos de manera que se entiendan; domes-ticarlos, adiestrarlos, reconstruirlos socialmente. Pero fracasan. Y lo hacen porque los aconteci-mientos son demasiado astutos para ellos (y tam-bién para cualquiera de nosotros). Por eso mismo es que los sucesos pueden ser interesantes, nota-bles, novedosos. Quienes critican a los medios de comunicación, por lo general exigen una mirada más amplia. Es decir, que estén más a tono con las fuerzas sociales de largo plazo y que se obsesio-nen menos con lo ocurrido en las últimas 24 ho-ras. Personalmente, admiro el periodismo de largo aliento, ese trabajo analítico que pone de manifies-to tendencias e ideas. Pero al mismo tiempo creo que la obsesión por el suceso, por el evento par-ticular, es de hecho una de las gracias que salva al periodismo norteamericano. Y esto, porque son justamente los acontecimientos en sí mismos los que previenen que los mercados o gobiernos do-mestiquen y controlen las noticias. Domesticar el caos

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Schudson, M. (2006). Entre la anarquía del evento y la ansiedad del relato. Cuadernos.Info, (19), 13–21. https://doi.org/10.7764/cdi.19.119

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