L a ergonomía como disciplina científica, que también despliega acciones aplicadas y prácti-cas, produjo desde mediados del siglo xix y ahora en el siglo xxi conocimientos relativos al hombre en situación de trabajo, los cuales se han ido diversificando a medida que el cambio tecnológico ha transformado la forma de trabajar de los individuos y de las sociedades. En respuesta a estas modificaciones, los métodos han cambiado pasando de la observación de experto asistida por lista de chequeo, muy popular en el siglo xx, ha métodos y herramientas centrados en la comprensión del rol de la cognición en los nuevos escenarios del trabajo. A la par se han introducido cambios significativos en la organización del trabajo, en los modos y modelos de contratación y en la distribución de las formas de producir que cada sociedad ha venido ajustando según sus evoluciones demográficas, técnicas y científicas. El envejecimiento de la población y los fenómenos de vida laboral ampliada y en continua transmutación plantean múltiples preguntas, no solo acerca de la naturaleza del trabajo en el futuro cercano, sino sobre las competencias que se requerirán y la desaparición inmedia-ta de múltiples trabajos, gracias a la irrupción de la inteligencia artificial, de los procesos autónomos de aprendizaje y de la robotización, que alcanza tanto a países desarrollados como a aquellos que se encuentran en proceso de industrialización. Hasta años recientes la práctica de la ergonomía se ha desarrollado intramuralmente, es decir, una buena parte de las investigaciones y estudios en ergonomía se han centrado en las actividades que realizan los individuos en lugares arquitectónica o físicamente delimitados, es decir: un individuo una-tarea una-tecnología. En la última década del siglo xx, la irrupción masiva de las tecnologías de la comunicación en las actividades productivas humanas contribuyo al surgimiento del dominio de la ubicuidad, es decir, los individuos están avocados a ofrecer disponibilidad de todo lo necesario para llevar a cabo una actividad o cumplir una tarea en cualquier instante, lugar o punto físico; esta modificación, en apariencia banal, se revela significativa, ya que implica cambios en muchas de las ideas base de la ergonomía. De hecho, el trabajo deviene cada vez más inmaterial y las actividades se desarrollan independientemente de los espacios físicos. Por ello, desde la perspectiva metodológica aparece la necesidad de integrar nuevos elementos de evaluación
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Castillo, J. A. (2018). Crisis y oportunidades: El futuro del trabajo y de la ergonomía. Revista Ciencias de La Salud, 16(Especial), 4–7. https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/revsalud/a.6836
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