Comer alimentos que no nos causen enfermedades es el objetivo de la seguridad alimentaria, la cual tiene un importante componente microbiológico. Todos recordamos la crisis del pepino iniciada en Alemania y de la que se acusó a España, cuando el origen del problema fue precisamente un descuido de los alemanes, porque no mantuvieron adecuadamente las barreras encargadas de contener la amenaza microbiana. Un repaso a los microbios malos y buenos que comemos nos ayudará a aclarar las cosas y a no temer más que lo justo a esos maravillosos seres vivos.
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Carrascosa Santiago, A. V. (2018). Los microbios que comemos. Ambiociencias, 24–33. https://doi.org/10.18002/ambioc.v0i13.4950
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