El pensamiento crítico puede mejorar si va acompañado de algunas metodologías como el aprendizaje basado en problemas (ABP). Hemos desarrollado un programa de enseñar/aprender a pensar, al que hemos incorporado esta técnica, aplicándolo a un grupo de estudiantes universitarios. Los resultados obtenidos en rendimiento académico han sido muy satisfactorios. Con el fin de medir los cambios antes y después de la instrucción, se utilizó también una prueba de evaluación del pensamiento crítico (PENCRISAL), en donde se han podido comprobar igualmente unos buenos resultados. En el rendimiento académico hemos ido constatando el progreso en las diferentes dimensiones de pensamiento, a lo largo de todo el proceso de evaluación continua llevado a cabo. Las habilidades o dimensiones fundamentales instruidas han sido cinco: deducción, inducción, razonamiento práctico, toma de decisiones y solución de problemas. En todas ellas, el rendimiento ha sido notable. El estudio del nivel de competencia en el test PENCRISAL ha mostrado diferencias significativas en todas las dimensiones del mismo, en la comparación de las puntuaciones pre-post. Las dimensiones del test son las mismas que las trabajadas en la instrucción y citadas anteriormente. En esas cinco dimensiones, ha habido cambios significativos en la medida postratamiento. En el futuro, incluiremos algunas modificaciones en el programa de instrucción y en la metodología de evaluación, fruto de la experiencia obtenida en este estudio.
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Saiz Sánchez, C., & Fernández Rivas, S. (2012). Pensamiento crítico y aprendizaje basado en problemas cotidianos. REDU. Revista de Docencia Universitaria, 10(3), 325. https://doi.org/10.4995/redu.2012.6026
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