R ecientemente la Comisión de Ética de SONEP-SYN ha elaborado un Código de Ética para nuestra sociedad que fue aprobado por la directiva. Corresponde analizar cuál es la naturaleza y alcan-ce que tiene este código. Los códigos de ética (también llamados deon-tológicos, o de ética profesional) son documentos que recogen un conjunto más o menos amplio de criterios y normas de comportamiento de carácter moral, que formulan y asumen el compromiso de seguir quienes llevan a cabo una determinada actividad. A diferencia de los códigos de conducta que a veces regulan los aspectos más formales, con-cretos y superficiales de un determinado ejercicio laboral (como hábitos de trabajo, trato hacia las personas, indumentaria, horarios, etc.), los códigos deontológicos como es el Código de Ética abordan los aspectos más sustanciales y fundamentales de un ejercicio profesional, es decir, aquellos que conforman o entrañan su dimensión ética especí-fica. Por esto mismo, este tipo de códigos son más necesarios en aquellas actividades en las que el pro-fesional dispone de un mayor margen de decisión personal al realizar su labor y asume una mayor responsabilidad por la índole de su cometido y los efectos que éste tiene para otras personas como es el caso de la profesión médica. El Código de Ética y la formación profesional La falta de contenidos de Ética Médica en los programas de muchas de las escuelas de Medicina ha terminado por afectar también al proceso de formación de los médicos. Se considera que un li-cenciado en Medicina debe dominar o al menos es-tar familiarizado con los conocimientos teóricos y las tecnologías asociadas a su profesión; pero segu-ramente no se habrá planteado a lo largo de todos sus estudios los problemas éticos de esta actividad. Los futuros profesionales se forman desconociendo casi por entero las implicaciones éticas que tienen las decisiones que toman en su trabajo al cual van a dedicar en adelante la mayor parte de su tiempo. Y tampoco el entorno laboral y profesional en el que se integran favorece en la mayoría de los casos la toma de conciencia de las implicaciones éticas que existen diariamente en su trabajo. Debido a lo anterior es necesario destacar lo que hoy debemos entender por profesional: ser alguien capaz de hacer algo técnicamente irrepro-chable pero también capaz de tener muy presente la dimensión moral de esa misma acción. El médico es un profesional que cada vez más trabaja rodeado de gran variedad de recursos téc-nicos y, además en todo momento debe considerar la dimensión moral que tienen sus decisiones. Es necesario estar conciente que el trabajo actualmen-te se hace cada día más técnico y sujeto a rutinas y exigencias económicas que tienden a deshumani-zarlo y a hacer perder de vista su dimensión personal. Esta es una importante función de los códigos deontológicos: permiten reconocer y asumir que el ejercicio de una profesión conlleva una serie de va-lores y obligaciones morales que deben acompañar y guiar su desempeño. Utilidad del Código de Ética La primera utilidad que conlleva el contar con un código deontológico es que supone el recono-cimiento público de la dimensión ética de nuestra sociedad. Los profesionales suelen otorgar a los aspectos técnicos, estratégicos y económicos de su actividad una atención preferencial que hace que los aspectos morales queden relegados a un segun
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Novoa S, F. (2014). Código de Ética de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 52(3), 145–147. https://doi.org/10.4067/s0717-92272014000300001
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