Alrededor del año 1972 fue dado a conocer uno de los más interesantes aparatos que revolucionaria los estudios paraclínicos a nivel mundial: la tomografía computarizada. Utilizando equipos secuenciales de Rayos X y de procesamiento automático de información, en un fenomenal acopio de ingenio. Esto le reportó a su inventor, G. Housfield, el primer Premio Nobel de medicina otorgado a un profano de la medicina. El equipo básico, integrado por un equipo de Rayos X cuyo tubo emisor puede girar 180º a lado y lado del paciente y un computador que integra la información obtenida por el rastreo de los Rayos X, que atraviesan al paciente y su funcionamiento será analizado en este artículo.
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Martínez Rozo, R. (1983). Principios técnicos de la tomografía computarizada. Ingeniería e Investigación, (7), 52–54. https://doi.org/10.15446/ing.investig.n7.28889
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