+ En los años setenta del siglo xx, como resultado del daño que causa-ban al medio ambiente varias dinámicas históricas, tales como la indus-trialización, el desarrollo urbano acelerado y su progresivo requerimiento de insumos naturales, surgió la conciencia ecológica. De esta manera dio inicio un interés creciente por salvaguardar a nuestro planeta Tierra de la destrucción sistemática que va en aumento, cada vez con mayor celeridad. Aparecieron organizaciones globales, mismas que, al día de hoy, continúan luchando por mejorar nuestro medio ambiente. De esta manera, la arquitectura de paisaje adquiere cada vez mayor reconocimiento y relevancia. Las razones principales de ello son la toma de conciencia de la comunidad global respecto a la importancia de con-vivir con la naturaleza, al entender que somos parte de ella; y el resultado de varias dinámicas del mundo actual, tales como el proceso acelerado de concentración de la población en desarrollos urbanos, la necesidad de am-pliar las redes de comunicación terrestre (carreteras y vías férreas), la cons-trucción de presas y otras obras de infraestructura, la explotación minera, la búsqueda de energías alternativas, la industrialización, el abasto de insumos provenientes de la naturaleza y tantas otras más que vienen aparejadas al desarrollo económico mundial. Dicho proceso afecta, inevitablemente, al entorno natural; por ello, cada vez resulta más apremiante la necesidad de contar con distintos especialis-tas capaces de mitigar estas afectaciones y, al mismo tiempo, lograr que nuestros desarrollos inmobiliarios sean más apropiados y agradables, que se propongan mejorar el bienestar y la calidad de vida de sus habitantes. Los arquitectos paisajistas, con su formación, tienen como objetivo par-ticipar en la planeación y diseño de estos temas, apoyándose mutuamente-en su caso-, o bien colaborando con equipos de trabajo multidisciplinarios o con los profesionistas complementarios que sea necesario. Campos de acción La arquitectura de paisaje debe estar presente en prácticamente cualquier proyecto de desarrollo, pues invariablemente alteran el entorno, ya sea en el ámbito urbano, suburbano, rural o natural, tanto en desarrollos urbanos como en proyectos de infraestructura, industriales y otros. Esto es ya una realidad en varios países, donde fi gura la participación obligatoria de los especialistas del paisaje, reglamentada con toda claridad. A lo largo del tiempo y en particular durante el siglo xx, los proyectos constructivos aumentaron de manera exponencial; esto tuvo consecuen-cias tanto en el medio ambiente como en los núcleos de población, los cuales se multiplicaron y crecieron con la aparición de los megadesarrollos. La urbanización acelerada ha sido, en muchos casos, resultado del desarro-llo incontrolado sin una planeación adecuada, lo cual genera incontables problemas; corregirlos resulta sumamente difícil y costoso. Sin embargo, al-gunos de estos inconvenientes pueden superarse por medio de proyectos, de cambios de uso de suelo, de reciclaje de barrios y otras medidas. De esta manera, por ejemplo, en varias ciudades se han puesto en marcha planes de recuperación de elementos naturales que fueron alterados, como el cauce de los ríos, que se restablece con el saneamiento de la calidad del agua; ello permite ampliar los espacios públicos y el equipamiento recreativo al apro-vecharse las márgenes de dichos cuerpos de agua. Algo similar sucede con la cancelación de líneas férreas y de industrias, el mejoramiento de barrios 0106 bitácora arquitectura + número 26 EN Resulta muy interesante constatar cómo la ar-quitectura de paisaje se ha consolidado desde años recientes y cómo va cobrando cada vez mayor trascendencia. En gran medida, esto es resultado de la toma de conciencia de la colectividad sobre la importancia de convivir con la naturaleza, que ha sufrido el embate y la destrucción, cada vez más voraz, del hombre, cuya ambición y miopía soslayan la relevancia de mantener un intercambio equilibrado con el entorno natural. Esta rama de la arquitectura se conoce como tal desde fi nales del siglo xıx. Posterior-mente, y como resultado de la gran destrucción ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial, varios paisajistas de los países europeos devas-tados, así como de otros países, se organizaron para compartir y fi jar criterios con qué realizar su tarea-sin precedentes-: reconstruir pobla-ciones gravemente dañadas, incluyendo las obras de infraestructura y el entorno natural. Como resultado de esta iniciativa se fun-dó la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (ıfla, por sus siglas en inglés) en 1947. A raíz de esa suma de voluntades, cono-cimientos y especialistas, se fi jaron las normas de preparación académica, se intercambiaron experiencias y conocimientos y se consolidó la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje en todo el mundo. Se establecieron relaciones con organismos mundiales, como la Unesco, el Ico-mos y otras organizaciones más, de modo que la especialidad fue ampliamente recibida, valo-rada y reconocida, y se le invitó a participar en diversos programas, planeaciones y proyectos.
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Arredondo González, E. (2016). Arquitectura de paisaje, razón de ser e importancia. Bitácora Arquitectura, (31), 106. https://doi.org/10.22201/fa.14058901p.2015.31.56167
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