Este artículo pretende reflexionar sobre la importancia de uno de los aspectos de los mercados globales, cual es el comercio ínternacional de bienes y servicios, sobre nuestro modelo de relaciones laborales. Nuestra hipótesis es que el comercio con los países de bajos salarios y pobres condiciones de empleo no justifica, o mejor no constituye la causa principal de un deterioro de las condiciones de trabajo, de una mayor flexibilización o una desregulación del mercado de trabajo o incluso de una revisión del estado del bienestar. Se comienza en un primer apartado por la revisión del concepto de competitividad, que, equivocada o interesadamente, desenfoca el problema y demanda políticas erróneas. En segundo lugar nos detenemos en analizar la estructura de la producción y el consumo de nuestro país para señalar que tiene una base netamente nacional. De aquí se sigue que las condiciones de vida y de trabajo también se configuran por unas instituciones locales. Esto se reafirma cuando se examina en el tercer apartado que la importancia del comercio internacional, _tanto en sus aspectos cualitativos, cuantitativos y geográficos como en la estructura de nuestras empresas en su relación con este comercio, representa un bajo porcentaje respecto al PIB. Finalmente en el cuarto nos referimos al concepto de productividad y su evolución como la causa que explica el deterioro de las condiciones de vida y de trabajo. (A.)
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Ruesga, S. M., & Da Silva Bichara, J. (2003). Globalización económica y relaciones laborales. Trabajo, 12. https://doi.org/10.33776/trabajo.v12i0.163
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