Toda sociedad se gesta a partir de los primeros años de vida de sus in-tegrantes, por lo que su salud o enfermedad dependen del seno familiar y escolar, crisol en el que se forman y reconforman las generaciones de sus mujeres y hombres, de ahí que todo adulto no sea sino el prístino reflejo del feto y del infante que fue. Hoy en día, uno de los más grandes problemas que enfrenta la socie-dad actual es justamente el acoso escolar. Flagelo que de no ser aten-dido y controlado continuará fortaleciendo e incrementando los niveles de violencia a cargo del agresor en tanto que derruye la autoestima de la víctima al grado de pulverizarla y de orillarla a terminar con su propia vida. Y aunque el origen principal de la violencia, comprendida la esco-lar, hunda sus raíces en las entrañas del seno familiar, es justamente en el ámbito de la escuela donde llega a alcanzar algunos de sus más altos niveles, porque lejos de manifestarse sólo en el aspecto físico, es en el plano de lo moral donde se encuentra su rostro más cruel, sádico y descarnado. Basta ser diferente a los demás, por exceso o por defecto, en capa-cidades, en color de piel, en el nivel socioeconómico, en rendimiento intelectual o físico, en origen, en conducta, o tan simple como el hecho de ser mujer, para que en una comunidad de escolares el trato pueda transformarse y pervertirse hacia la ridiculización, el escarnio, el insulto y, finalmente, el repudio generalizado. No obstante, también es cierto que muchas veces ni siquiera es por ello: cualquiera puede convertirse 152 en víctima del acoso escolar, aunque el desarrollo insuficiente de habi-lidades sociales sea uno de sus principales elementos favorecedores. ¿Qué genera o contribuye al bullying? ¿Qué causas lo detonan? Múl-tiples son los factores: desde una predisposición genética hasta la vio-lencia intrafamiliar; desde el momento en que el niño sufre de agresio-nes, abusos y humillaciones de parte de los adultos; desde el tipo de materiales violentos que se transmite por los medios de comunicación hasta la violencia que se vive en la calle; desde la violencia como re-curso para sobrevivir hasta el abandono infantil de los padres. Entornos familiares poco afectivos, donde hay ausencia de algún miembro (pa-dre, madre), sea por muerte o por separación, donde priva la violencia a cargo de los padres y hermanos mayores, y donde al infante se le exige demasiado en su rendimiento o, al contrario, se le mima en exceso, son espacios excelentes para que se detone el perfil del futuro maltratador infantil. El hecho es que un niño acosador se siente superior frente a su víctima, sea porque cuenta con el respaldo de otros niños o porque el acosado sea un niño que no ofrece resistencia al momento de respon-der a sus agresiones. Y lo más grave es que las conductas de nuestra infancia son las que reproducimos más tarde en la edad adulta. Generalmente sus víctimas son las niñas y niños con baja autoes-tima, conductualmente pasivos. Situación que en el caso de las prime-ras se agrava desde el momento en que la violencia a la que son some-tidas se agudiza, porque es más sofisticada, sutil y, por tanto, menos visible. En relación con su inicio, podría pensarse que surge al comienzo de la pubertad, hacia los 12 o 13 años de edad, pero en realidad prác-ticamente desde preescolar se puede observar ya, y es entonces, justo entonces, cuando aún podemos intervenir para evitar que el problema se potencialice. Después será cada vez más difícil y con consecuencias mayores. ¿Cómo reconocer al bullying? A través de los golpes, moretones o rasguños que el niño comienza a presentar sin mayor explicación que ser producto de caídas o accidentes. ¿Cuándo es oportuno atender al niño violentado? Nunca será tarde para hacerlo. Y es que son múltiples las consecuencias que el bullying detona, desde la notoria baja autoes-tima y pasividad, hasta pérdida de interés en los estudios que orilla al
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Zanolli Fabila, B. (2016). Acoso escolar: una palabra basta para transformar una vida. Revista de Derecho Privado, 151–159. https://doi.org/10.22201/iij.24487902e.2015.7.10447
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