1) Fuenmayor Alfonso: Génesis de Barranquilla, Estampa, Bogotá. Dic 20/41 2) Nichols Theodore: Tres puertos de Colombia. Biblioteca Banco Popular. Bogotá 1973, pág. 171 Una ciudad sin historia Desde pequeño se me dijo que al lado de la heroica Cartagena y de la hidalga Santa Marta, Barranquilla era una ciudad sin historia. Incluso los manuales de civismo usados en la escuela primaria, después de hacerle apren-der a los niños el himno de Barranquilla con la letra de Amira de la Rosa que la tilda de " procera e inmortal " , pasaban de inmediato a decir que en realidad la ciudad se había fun-dado porque unos vaqueros de Galapa con-ducían sus vacas a un lugar que se llamaba Barrancas de San Nicolás para que abrevara el ganado. Esta tesis fue sostenida y prego-nada con orgullo por mucho tiempo. Por ejemplo, los del Grupo de Barranquilla en sus artículos se jactaban del ancestro vacuno. " Cuando alguien se refiere al ori-gen de Barranquilla siempre se habla de unas vacas y unos pastores que en una época im-precisa y en un verano excesivamente cruel buscaron la proximidad del agua. De este modo se acercaron al agua dulce y al agua salada y se quedaron. Pero la verdad es que Barranquilla no tiene historia " , afirmó Alfon-so Fuenmayor en un artículo que apareció durante el año de 1941 en la revista Estampa (1). En forma más lacónica, el investigador Teodoro Nichols nos dijo que " los orígenes de Barranquilla son tan oscuros como famosos los de Cartagena y Santa Marta… Las cir-cunstancias del nacimiento de Barranquilla son inciertas " (2). Sin embargo, desde hace pocos años hay una revisión histórica en la que se ennoblece la fundación de la ciudad. Se dice ahora que ella tuvo su origen en la confluen-cia de ciertos grupos marginales de la es-tructura colonial: españoles sin oficio, indios galaperos y malambos, indios concertados, esclavos cimarrones, o sea, un sitio de hom-bres libres. Que algún aragonés estuvo por ahí metido se infiere por la terminación illa y por eso es Barranquilla y no barranquita, como nos lo dice el historiador Claudio Ro-paín. Los arqueólogos han encontrado rastros de asentamientos indígenas debajo de las ca-lles de la ciudad. La cultura barrancoide, ma-lambo y otras se asentaron alguna vez allí. Al paso que va Barranquilla va a resultar mucho más antigua de lo que se pensaba. Tiempo de carnaval En esta Barranquilla que me ha tocado vivir, y que es el escenario de mis no-velas Maracas en la ópera y Disfrázate como quieras, he comprendido con el paso del tiempo ciertos elementos específicos. Así, hay que entender que el tiempo no se cuenta en
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Gilard, J. (1984). EL GRUPO DE BARRANQUILLA. Revista Iberoamericana, 50(128–129), 905–935. https://doi.org/10.5195/reviberoamer.1984.3978
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