Uso de productos naturales alternativos para el manejo sustentable de Oidium sp.

Abstract

Recibido: 13/08/12; Aceptado: 28/09/12 RESUMEN El cultivo de tomate es importante en el NOA y el oídio (Oidium lycopersici) una enfermedad recurrente, para la cual se aplican sistemáticamente agrotóxicos. El objetivo de este trabajo fue evaluar productos alternativos a los químicos para manejar esta enfermedad. Se trabajó con: Trichoderma sp., leche, vinagre de vino, bicarbonato de sodio, propóleo, eucaliptus, menta, jengibre, canela, ajo y cebolla juntos y separados, comparando con un testigo pulverizado con agua. Se aplicó un diseño completamente aleatorizado y la evaluación se realizó midiendo las áreas foliares afectadas; los datos se analizaron usando la prueba de Kruskal Wallis y el gráfico de Box Plot. Las aplicaciones con leche y jengibre dieron resultados satisfactorios; el ajo, ajo-cebolla, menta y eucaliptus mostraron buen potencial en el manejo de Oidio; Trichoderma sp., propóleo, bicarbonato, cebolla y canela no fueron eficaces y el vinagre se descartó por ocasionar síntomas de fitotoxicidad. Palabras claves: Trichoderma sp., Oidium lycopersici, productos naturales, manejo de enfermedades. INTRODUCCION El modelo predominante de agricultura convencional se basa en el retorno económico inmediato. El control de los problemas fitosanitarios se realiza casi exclusivamente con aplicación continua y a gran escala de agrotóxicos debido a la simplicidad, la previsibilidad y escaso conocimiento de los procesos básicos del agroecosistema. Con el tiempo, ese modelo no resultó sustentable. (Bettiol, 2004; Mazur Bizi, 2006). Los organismos gubernamentales en todo el mundo aumentaron las restricciones para el registro y uso de pesticidas en la agricultura y las industrias químicas fueron inducidas a desarrollar productos menos tóxicos. Paralelamente aumentó el movimiento de grupos organizados en la sociedad a favor de la menor utilización de pesticidas en la agricultura y se expandió el mercado de productos orgánicos. (Alves Patrício, 2007) El tomate es una hortaliza para consumo de gran importancia a nivel mundial. En La Argentina se encuentra entre los principales hortalizas para mercado en fresco con producción durante todo el año debido a la diversidad de ambientes en el país (Bouzo et al, 2003). Las zonas productoras en invierno son el NOA y el NEA y dentro de la primera, la provincia de Salta (aproximadamente 1.750 Ha) es la que alcanza la mayor superficie cultivada. En tanto, en verano Mendoza encabeza ampliamente el ranking con más de 5.000 Ha (Mollinedo, 2010) Los oidios son patógenos biótrofos, generalmente específicos, fácilmente reconocibles por su masa pulverulenta sobre el órgano afectado: hojas, flores, tallos, peciolos. Su distribución es mundial. Inicialmente, el oidio del tomate fue detectado en cultivos protegidos, sin embargo desde 1990 se lo observa en campo. Además del tomate, Oidium lycopersici puede atacar otras solanáceas como la berenjena y especies de otras familias (Stadnik y Rivera, 2001). El control de oidio se basa fundamentalmente en el uso de fungicidas específicos, sistémicos o a base de azufre, los cuales pueden provocar fitotoxicidad de acuerdo con la dosis aplicada, cultivo y cultivar utilizado. Algunos de estos productos, como bencimidazoles, han perdido su eficacia debido a la selección de poblaciones resistentes del patógeno, ocasionada por las constantes aplicaciones del mismo principio activo. Los problemas debidos a la existencia de individuos resistentes se acentúan en los cultivo bajo cubierta, principalmente para los fungicidas sistémicos. (Bettiol, 2006). El interés por los métodos alternativos de control que incluyen biológicos, orgánicos y naturales es creciente, pues la utilización de productos naturales presenta ventajas en relación a los químicos como simplicidad de manejo y aplicación y bajo o ningún impacto ambiental. Además, la aplicación de químicos importados para el control de plagas es uno de los factores que elevan los costos de producción; en cambio los extractos vegetales contra una o más plagas, pueden ser obtenidos en la propia finca y el mismo agricultor puede elaborarlos. A pesar de la disponibilidad de diversos productos biológicos y técnicas alternativas para el control de enfermedades de plantas, su utilización está restringida por la cultura de los agricultores, la formación de los técnicos de asistencia técnica y extensión rural y principalmente por el importante papel de las industrias de pesticidas en la asistencia técnica a los productores (Bettiol, 2006). Entre los métodos alternativos para el control de fitopatógenos se cita la aplicación de extracto bruto de plantas con actividad biológica en sus compuestos secundarios (Freitas et al, 2011). Un extracto vegetal puede ser entendido como un producto obtenido por el pasaje de un solvente, como agua o alcohol etílico a través de la ASADES