¿Qué hacer para favorecer la equidad en la educación? Tal es la pregunta que guía las reflexiones presentadas en este trabajo. Ellas tienen como propósito generar criterios para asignar los recursos disponibles buscando disminuir las desigualdades existentes en el sector. Ningún sistema educativo es capaz de crear igualdad de conocimientos. La pregunta relevante es si existen políticas educativas que produzcan sistemas capaces de acortar las brechas existentes entre los distintos grupos sociales, potenciando el quantum de capital humano requerido por el desarrollo económico y social. Dado que en este trabajo se ha tomado la asignación de recursos como eje de la concreción de los criterios de equidad, hay dos preguntas relacionadas que se deberían contestar. Primero: ¿cuál es la relación entre magnitud del financiamiento y calidad de la educación? Quizás una cierta meseta de financiamiento es esencial para la calidad, pero una vez alcanzado este nivel no es el factor más importante para alcanzar mejorías adicionales. Segundo: ¿qué estrategias permiten avanzar por el sendero de una mejor calidad y equidad educativa? Los actuales esfuerzos por mejorar la calidad de la educación en América Latina se centran en la búsqueda de maneras eficientes y eficaces de gestionar los recursos disponibles –dinero, personal y conocimiento– para aumentar la equidad en la educación, tratando de reducir las brechas en el desempeño escolar asociadas a las diferencias de estrato socioeconómico, y, en particular, a la transmisión intergeneracional de la pobreza.
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Cohen, E. (2002). Educación, eficiencia y equidad: una difícil convivencia. Revista Iberoamericana de Educación, 30, 105–124. https://doi.org/10.35362/rie300943
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