El textil ocupa un lugar central en la cultura andina, transmitiendo valores sociales, políticos, religiosos y estéticos. Su función en la configuración social de los Andes fue central para las distintas culturas de la región y pervive en la actualidad. Más allá de la necesidad de cubrirse, el textil comporta, según Denise Arnold, "envolverse en una piel social de imágenes poderosas" (214), y deviene una forma de diálogo de la identidad y la diferencia en la producción de representaciones culturales propias. Su importancia está codificada en la mitología. Es el atavío lo que separa al ser humano frente a los animales, otorgándole rasgos civilizatorios (Rodríguez 236). Viracocha, dios multicultural, entreverado con el Tunupa aymara (Gisbert 8), en una de sus manifestaciones está relacionado con la ropa, que lo auxilia en el ordenamiento del mundo. Al crear la humanidad después del diluvio, hace que los hombres surjan en diversos lugares sagrados, las huacas, reveladas en sus vestiduras. De esta manera, las ropas manifiestan origen y linaje y distinguen a cada pueblo (Gisbert 8). El arte textil deviene, por tanto, un fuerte lazo identitario, en un hacerse y transformarse continuo, en diálogo permanente con otros signos. Además, en él se expresa una interpretación del mundo andino, que las tejedoras pasan a las nuevas generaciones. Sophie Desrosiers, al investigar la pervivencia de las técnicas de tejido andinas, ha podido postular la existencia de "lógicas de pensamiento que imperan, tanto en la producción del mundo material como en la construcción del mundo conceptual" (340). En los tejidos (en sus elementos técnicos, en los espacios simbólicos que producen) se articularía el dualismo que asegura la complementariedad y reciprocidad de los opuestos (hanan/hurin, urcu/uma, vertical/horizontal, femenino/masculino) en los Andes. Por tanto, la organización social estaría inscrita en el textil, así como el propio entorno ecológico en el que se da la vida, pues cada tejido distingue lo árido de lo cultural, esto es la pampa (espacio no decorado) y el pallai (espacio con significado). Por ello, el tejido guarda la memoria social y deviene un arte de resistencia contra la presión colonial. Prueba de ello son las ordenanzas de Toledo, y después de Areche, vinculadas específicamente a las formas y contenidos del vestir. A pesar del propósito
CITATION STYLE
Marsal, M. H. (2015). TRAMAS TRANSANDINAS DINÁMICAS CULTURALES DEL TEXTIL ANDINO. Revista Iberoamericana, 81(253), 1033–1050. https://doi.org/10.5195/reviberoamer.2015.7338
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